Gente que Cuenta

Carta a un joven…
por Victorino Muñoz

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Camille Pissarro,
Paul escribiendo, c.1894

Pensé en titular este texto “carta a un joven escritor”; pero no sé si al final de leerlo quieras de verdad ser llamado así. Y es que, después de pasar más de treinta años tratando de escribir, me ha dado por pensar que tal vez elegí el camino equivocado.

Digo, con treinta años trabajando como ingeniero, médico o abogado, serán pocos los profesionales que digan que no saben nada de lo que hacen, como digo yo hoy. Y algunos de ellos tal vez habrán obtenido algo de dinero y ahorrado.

Pero yo ni eso. Tras tres largas décadas, no he ganado más que un poco de dinero por un premio (lo que gané me alcanzó para un almuerzo); y lo de las ventas de libros… ¿cuáles ventas?

Lo peor es que cada vez que comienzo a escribir un nuevo libro parece que la experiencia no me sirve de mucho, a diferencia de lo que posiblemente les sucede a los profesionales antes mencionados. Es en serio, no tengo ni la menor idea de cómo me va a salir, porque los libros son como los hijos: uno los crea o los cría de una forma y salen para otra cosa.

No importa que tenga una docena de volúmenes publicados. Cada libro nuevo es como un primer beso. Uno siempre inicia vacilante, tembloroso. Y asimismo termina: con la duda de que si habrá valido la pena el esfuerzo, tanto doblar la espalda, tanto maltratar la cintura y el cuello, forzar la vista.

No sé qué creía cuando tenía tu edad, joven e incierto lector, incipiente escritor. Pero tengo que confesarte algo: este es un camino infausto. Son pocos los que gozan de cierto reconocimiento. Muy posiblemente no habrá una multitud esperándote en el aeropuerto, disparando flashes. Lo más seguro es que llegues a algún lugar en autobús, igual que yo.

No te reconoce el público. Tampoco los otros escritores. Algunos, los que son tus amigos, te dicen que te leen y eres bueno. Pero siempre te quedará la duda de si lo que afirman es porque te quieren.

Te recomiendo, si no tienes la fortaleza moral suficiente, que escojas otro camino, si quieres vivir tranquilo. Esto es peor que una droga. Y es que una vez que comienzas ni siquiera puedes dejar de hacerlo. La mejor prueba es que aquí estoy, escribiendo, como si alguien fuera a leerme.

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Victorino Muñoz
valenciano, autor de “Olímpicos e integrados”, ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y “Página Roja”, publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017.
rvictorino27@hotmail.com
Twitter:@soyvictorinox
Foto Geczain Tovar

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