A Ismael le dijeron que su abuela Claudia se había ido para el monte, y que por eso no la iba a ver más. El pobre Ismael quiere saber qué monte es ese para irla a buscar y traerla de vuelta para que jueguen carga la burra. Nadie le ha sabido explicar dónde queda ese monte. No sabe ya qué hacer para que alguien en la casa le explique con calma cómo hace para llegar hasta ese lugar adónde se fue su abuela. Ya ha intentado como tres veces y nada, sale de la casa y camina un largo rato y no ve ningún monte.
No se dará por vencido tan fácilmente, pero también sabe que sus recursos no son infinitos, sobre todo porque está chiquito. Ismael no es loco, sabe que con siete años es muy poco lo que podrá hacer él solo para para encontrar a su abuela Claudia.
Ya tiene tiempo sin verla y de verdad que quiere jugar carga la burra con “Cayiya”. A veces juega en el patio, y, sin que lo vean, se pone a llorar recordándola. Sabe que conseguirá la manera de volverla a ver. Sólo necesita que alguien le diga en donde queda ese condenao monte.