En nuestra entrega anterior, vimos cómo una multitud espontánea se volcó a la calle para rendirle homenaje al General Medina en el acto de su sepelio.
No fue ésta una revuelta, una celebración, o un producto de la curiosidad. Fue el genuino reconocimiento a un hombre que durante cuatro años ejerció la máxima magistratura del país con una política de amplia participación, apertura, flexibilización del poder, y por encima de todo, un genuino interés por hacer de Venezuela una nación verdaderamente democrática y de prosperidad económica.
Fue...