A veces me voy por los caminos verdes.Los geográficos y los de la mente.En mi país llamamos los “caminos verdes” a la ruta menos directa, pero quizás más tranquila y pintoresca.Abandonar la autopista para tomar veredas solitarias me ha resultado muy inspirador.Sucedió que, durante mi paseo diario por el parque, descubrí un caminito angosto, en medio de la pradera infinita, el equivalente a la “sabana íngrima” de mi tierra, como dice una canción venezolana.Y parece mentira, pero en esa "ingrimitud", en que el mundo pareciera totalmente deshabita...