AntĆloco estĆ” mirando su espada y sabe que en pocas horas estarĆ” manchada de sangre, y con ese olor deberĆ” vivir el resto de sus dĆas, que no serĆ”n muchos.
A AntĆloco le gusta recordar sus dĆas cuando niƱo. El hijo de NĆ©stor, rey de Pilos, es uno de los pocos que puede irrumpir cuando quiera en la tienda de Aquiles.
Pese a que todo es polvo, vino y fogatas en el campamento de los aqueos, tambiĆ©n hay tiempo para el amor. AntĆloco exhala su Ćŗltimo suspiro de placer en la noche estrellada.
Lo espera la batalla llena de pĆŗstulas y del ...