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El altiplano, por Pedro Tebyriçá

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Altiplano de Perú,
Fuente: Wikicommons

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   En medio de la cordillera, a una altura improbable, entre rocas y neblinas, se extiende un inmenso altiplano que sostiene sobre sus espaldas a una civilización olvidada. Se llega en avión. Al llegar a la cordillera, el vuelo se sumerge en la niebla y atraviesa un imperceptible portal del tiempo que permite el acceso al aeródromo, que tras una ligera turbulencia se abre repentinamente entre las montañas.

Para quien no pertenece a ese mundo, la baja concentración de oxígeno en el aire es peligrosa, y es necesario que el viajero recién llegado tome un té de cierta planta local que fortalece el organismo hasta acondicionarlo a aire enrarecido. Este té es también un alucinógeno único, potente y suave, que actúa sobre la percepción de quien lo consume sin que se percate de su acción. Los paradigmas conocidos se asientan de manera indeleble en lo desconocido y al extranjero se le permite transitar por calles y callejones creyendo que se encuentra en una ciudad occidental con pequeños acentos exóticos, sin por ello sospechar que transita entre memorables edificios de piedra. Sus habitantes, con ligeros rasgos indígenas, parecen vestir a la moda europea, pero a veces aparecen discretas joyas que remiten a arqueologías remotas. El idioma nativo es simétrico al español, pero hay una segunda semántica oculta, que se deriva de los matices en el ritmo cuando se habla. Entonces, cuando un local te da los buenos días, puede estar diciéndole a la persona a tu lado lo extraño e inofensivo que eres. Allí se rinde culto al sol y a la luna, considerados los dos principios elementales de la vida, pero los templos dedicados a sus cultos se presentan al viajero como iglesias cristianas, con imágenes de Cristo y la Virgen María. Cuando regresa, el avión pasa invariablemente por el mismo portal, y cuando sale de las brumas, vuelve a sobrevolar plácidamente el nuevo mundo. Todos los que regresan ignoran que estuvieron allá.

Pedro Tebyriçá 1
Nascido na cidade do Rio de Janeiro em 1955, formou-se em economia, atualmente é servidor público federal, dedicando-se paralelamente à literatura e as artes plásticas, já tendo realizado exposições no Brasil e no exterior. Começou a escrever aos cinquenta anos, inclinando-se mais para o texto curto, notadamente contos. Em 2019 lançou o Contos (nem tanto) Contidos pela Editora 7 Letras disponível para venda no site da editora (www.7letras.com.br).
ptebyrica@gmail.com

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