El papeleo ya no es lo que era. Teníamos en casa o en la oficina una cantidad de carpetas marrones, algunas con etiquetas y otras no.
Sobresalía alguna por su hinchazón debida a la enorme cantidad de impresos con una tendencia maligna a desparramarse, caerse y posteriormente perderse lo que contenía.
Algunos, los más problemáticos, se identificaban con sellos de organismos oficiales. Si se extraviaban había que hacer cola por días para poderlos recuperar.
En mi criterio, los humanos ordenados son una minoría, la mayoría somos desordenados.Esa es una de las razones por las que el mundo anda patas arriba. Pero en ese panorama de desorden generalizado, mitigado sólo por la buena conducta de la minoría de humanos ordenados que existe, todo cambió cuando los papeles cedieron terreno a los documentos on line. Recibos del Aseo Urbano, saldos de cuentas bancarias, convocatorias a reuniones de padres o a despedidas de soltera, propaganda comercial o política, todo viene por la red.
Los ordenados están fascinados porque así no se ven los papeles tirados por ahí, todo se hace on-line. Los procedimientos son supuestamente rápidos y limpios, de todo queda constancia y por eso te tienen bajo control las tiendas, tu banco, la empresa donde trabajas , Google , Facebook, el gobierno y el sistema escolar. Supuestamente todo va más rápido y no hay desorden.
Pero la verdad es que no solamente sigue el desorden sino que empeoró notablemente. Ya no se trata de tener bajo control aquella super carpeta marrón donde quedaban nuestras notas, las fotocopias de los documentos de identidad, el empadronamiento, los recibos de luz, de agua, las cartas del banco, de la aseguradora, las garantías de la lavadora y de la aspiradora y el certificado de defunción de tu mamá, sino que aquello se multiplica en la pantalla con cantidad de cuadritos correspondientes a recibos solicitados o no, propagandas, fotos , tuyas o de la familia, notificaciones de tus bancos o de otros bancos que quieren hacerte cliente, de las web porno, de tus correos, los de tus hijos y los que le envían al gato para que se haga cliente de la tienda de mascotas de la esquina , dia-ria-men-te. Crecen como los virus.
Aquello hay que limpiarlo todos los días para que el aparato no se llene de basura igual que un vertedero cualquiera y un día no funcione más, atascado por el papeleo informático.
Esa tarea para una desordenada de raza como yo es fastidiosísima, imposible y estoy segura de que me puede llevar directamente al colapso.