Es común oir por todos lados la expresión “Sal de tu zona de confort”, expresión utilizada en los medios por entrenadores, espiritualistas, jóvenes místicos, emprendedores, influencers digitales, pseudocientíficos, multimillonarios, artistas ricos y medios.
El problema es que no son sólo las personas con famosas las que dicen esto (tienen un motivo económico detrás), sino que mis amigos y amigos, los que no tienen mucho alcance, ya han interiorizado este concepto.
El corporativismo se ha apropiado de esta expresión para hacer sentir culpables a sus empleados por estar contentos con el trabajo para el que fueron contratados. ¿Estar contento con el trabajo para el que es competente? Antes era normal, y hoy es motivo de vergüenza.
¿Estar satisfecho? Ahora la moda es querer buscar más, después de todo tenemos que salir de la “zona de confort” para mostrar nuestro valor.
¿Qué tontería es esta? No es suficiente estar viviendo en un mundo caótico, tener poco control sobre tu vida, estar obligado a cumplir con deberes sociales preestablecidos, tener crisis existenciales, conflictos familiares, conflictos políticos, tener frustraciones, tener que trabajar, tener que someterte a burocracias, entre millones de cuestiones de orden social y subjetivo y aún necesitas exigir salir de tu zona de confort?
¿Para entrar en un ciclo eterno de competitividad con nosotros mismos y, en consecuencia, con los demás?
¿En quién es lo que vivimos cómodamente? Si todo esto le resulta cómodo, lamento decirle que hay un problema muy grave con usted. La vida misma es una incomodidad. Voy a instituir la expresión “busque la zona de confort”, que estoy segura que será mucho más difícil de encontrar.

fabislouro@gmail.com