Si hay alguna planta indispensable, es el perejil. Cómo será, que aunque en las grandes ciudades no haya plantas de perejil en todos los edificios, seguro que frascos llenos de sus hojas deshidratadas, sí que tienen.
Se vende en todo el mundo para adobar carnes y sopas, es básico para una ensalada árabe famosísima, el tabule, donde se usa crudo. Ese es el plato donde se conservan todas las vitaminas de la planta que generalmente se pierden con la cocción. Tiene altos niveles de vitamina K, C y A.
El perejil es originario del Mediterráneo y su cultivo se extiende desde el sur de Europa hasta los Balcanes. Los principales países productores son Holanda, Italia, Francia e Israel.
El cultivo es antiquísimo, tiene 2000 años. Griegos, romanos y árabes lo tenían en el panorama. La mitología griega le dio un toque sagrado, pues se aseguraba que el perejil era “hijo” de un héroe llamado Arquemorus. Habría brotado de su sangre. Se convirtió en un símbolo de muerte y renacimiento. Los guerreros griegos alimentaban a sus caballos con perejil porque creían que les daba fuerza.
Se hizo tan popular y común, que todavía quedan en Europa, Oriente Medio y Latinoamérica, negocios como las pescaderías, donde te regalan un ramito de perejil con la compra semanal.
Si quieres tener perejil, puedes tener la suerte de que cuando hagas la compra consigas una planta que venga con raíz. En cuyo caso, solo tienes que plantarla en terreno húmedo. O que compres plantas bebé en el vivero, planteles. También puedes hacerlo por esquejes: tomas una rama que no tenga manchas, que sea fuerte, y la colocas en un vaso con agua, cambiándola cada dos días… hasta que enraíce. Pero, por supuesto, nacen de semilla.
Si compras un sobre de semillas tendrás una cantidad enorme de plantas potenciales de perejil. Lo que pasa es que se tardan casi tres semanas en salir, son muy lentas. Requieren terreno húmedo, semisombra y paciencia. Puedes escoger entre perejil liso, perejil rizado y un perejil alemán al que le dicen perejil de Hamburgo, que se cultiva también por su raíz, que es bien sabrosa.
En fin, aunque te tardes, te propongo que empieces tu jardín de aromáticas sembrando perejil, vale la pena. Es bienal, lo que quiere decir que cumple todo su ciclo reproductivo en dos años: florece, da semillas y se muere, pero estoy segura de que renacerá en tu casa como la leyenda griega, porque la sembrarás una y otra vez.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
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