Gente que Cuenta

Fin de fiesta,
por Alfredo Behrens

Michael Waraksa Atril press 1
Collage de Michael Waraksa

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      Hace unos años yo tenía un amigo que se estaba muriendo. Todos nos vamos a morir. Pero él se iba a morir más rápidamente. Yo lo visitaba con frecuencia. Pero siempre lo veía solo. Fumando demasiado. Como si quisiese acelerar la muerte. Siempre solo, sin embargo, había sido un hombre, extremamente viril, interesante, vivaz. Lleno de amigos. Amante de la vida, y de las mujeres. Aunque por esa época, moría solo.

Mi amistad con este moribundo resultaba de una relación amorosa furtiva que yo había tenido con una mujer. Por ser furtiva yo no conocía a los amigos de mi amigo. Solo había convivido con él en algunas escapadas que mi amiga casada montaba con otras amigas casadas que necesitaban de algún subterfugio, del tipo voy a salir con fulana,…

Como él había sido un hombre muy deseado, fiestero, le costaba llamar a los viejos amigos para que lo acompañasen cuando ya la vida no le hacía gracia. Simplemente se dejaba morir. En una de esas visitas, con la excusa de ir al baño, me acerqué a su escritorio para ver si encontraba indicios de amigos a quien yo pudiera llamar para alertarles de su soledad terminal. Fue así que encontré, colgada de un estante una lista de nombres y teléfonos ordenada alfabéticamente. Parecía ser de una lista de amigos próximos, porque entre ellos estaba también el nombre de su hija. Le saqué una foto a esa lista y al volver a mi casa me puse a llamarles para alertarlos desde la situación de nuestro amigo común, para que le visitasen, porque lo necesitaba.

Al llamar al primero de la lista, de nombre Celso, cuando me atendió, le pregunté si sería Celso. A lo que me respondió que era lo que restó de él. Nos reímos los dos y le conté por qué le llamaba. Se disculpó conmigo por no haber visitado a su amigo antes, me agradeció por haberle llamado y me dijo que lo visitaría enseguida. Llamé a otros y escuché más disculpas, pero fueron goteando en la casa de mi amigo. Y fue así, que en la casa de mi amigo moribundo, acabé conociendo y estableciendo amistad con algunos de sus muchos amigos. O por lo menos con los amigos más generosos que decidieron visitarle para acompañarle antes de que se fuera por completo.

Alfredo Behrens Atril press
Alfredo Behrens es PhD por la Universidad de Cambridge, ha sido profesor de Liderazgo para grandes escuelas de negocios y publicó o fue premiado por las universidades de Harvard, Princeton y Stanford. Tiene cuatro hijas, y con su mujer Luli Delgado vive en Oporto, Portugal, desde 2018. Algunos de sus libros pueden ser comprados a través de Amazon.
alfredobehrens@gmail.com

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