Gente que Cuenta

Gatonalidades,
por Victorino Muñoz

Escuela rusa Atril press
El gato de Kazan,
Escuela rusa, ilustración satírica de un libro popular c.1710
Fuente: https://www.meisterdrucke.ie/

Yo que he tenido y tengo unos cuantos gatos, he podido observar que no todos son iguales; y no me refiero a tamaño, pelaje o color, sino en cuanto a la forma de ser, lo que podríamos llamar sus personalidades o, más bien, gatonalidades.

Por ejemplo, he podido observar que hay unos poco dados a socializar. Al parecer sus madres les dijeron que no debían hablar con extraños y lo tomaron muy al pie de la letra. Así es una mía, llamada Pelusa; en cambio, Lino es un curioso, que apenas ve llegar a alguien a la casa, se asoma, lo olfatea y llega a montarse en las piernas del visitante.

Hay silenciosos, de los que apenas abren la boca y no dejan escapar ningún sonido; no es que sean mudos, porque los escucha uno a veces quejarse. Pero hablan poco. Así era Nikita. Por el contrario, tenemos uno muy parlanchín, a quien llamamos el Albaricoque, por un personaje de novela. El Albaricoque es capaz de encadenar una serie de maullidos por varios minutos.

Luego, están los que son temerosos: cuando uno enciende el carro, cuando se abre el portón, cuando ladra un perro… ante cualquier cosa se asustan y corren a esconderse, tal como hace una a la que llamamos la Negrita y que parece haber sido la modelo de Botero para su célebre escultura. Silvestre es uno que no se deja amedrentar y en lugar de esconderse, averigua; y si hay un perro, se asoma a enfrentarlo.

Tenemos también aquellos a los que les gusta que los mimen, los arrullen, los carguen a cada rato. En esto sí se parecen los mencionados Lino y Pelusa. En tanto que Tita es la arrogante, que se cree una emperatriz. No le gusta que la toquen mucho. Apenas te deja que te acerques a saludar y presentar respetos, cual soberana. Casi te dice: humano, arrodíllate y bésame la pata.

De apetito también son variables. Tenemos dos, Cristal y Amaranta, que son voraces. Yo digo que son las pirañas peludas del Amazonas. Los demás son de apetito moderado. Pelusa es de las que parece tener un trastorno de selectividad alimentaria felino, o algo así.

Los hay serios, como Silvestre; traviesos y juguetones, como Lino; algo amargados como Tita; soñadores, como Amaranta (yo siempre pienso que es una gata hippie)… cada uno es diferente. En lo único que coinciden prácticamente es en lo dormilones. Así, que como ven, no todos los gatos son pardos. Por si no lo sabían.

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Victorino Muñoz valenciano, autor de "Olímpicos e integrados", ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y "Página Roja", publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017. rvictorino27@hotmail.com Twitter:@soyvictorinox Foto Geczain Tovar

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