Leía en uno de mis cuadernos de notas, que la plenitud consiste en la capacidad de encontrar inspiración cada día de la vida.
Atril es mi reto, pero lo fascinante de la inspiración es que surge de detalles insignificantes y hasta triviales.
En este caso, la idea para esta reflexión surgió de una conversación con unos nuevos amigos, sobre el olvidado placer de leer un periódico de verdad.
Yo les confesé, casi avergonzada, que, lo primero que leo en el periódico del fin de semana, que mi vecina me presta, es el horóscopo.
Mi nuevo amigo, me comentó que, lo primero que él ve en la prensa son los obituarios, para asegurarse que su nombre no aparece allí.
Me encantó su sentido del humor y le confesé que la sección de muertos es la segunda de mis prioridades del periódico. Después leo la sección de libros, arte y opinión. Me salto por completo la sección financiera pues soy analfabeta en el tema. Como bien decía mi amado esposo, “si invertimos en cementerios, la gente deja de morirse”.
Pero como al final la gente se sigue muriendo, los obituarios del periódico son un recordatorio de nuestra propia fragilidad.
No quiero sonar triste o mórbida con este tema, así que, por ahora, voy a disfrutar de mi horóscopo del Globe&Mail con un rico cafecito.
Aries: “la única persona que puede hacer que tus sueños se cumplan es la persona que ves en el espejo”.
Me miraré de reojo, a ver si todavía me reconozco.
Después, me iré directo al final del segundo cuerpo del diario y ofreceré mis respetos a quienes nos dejaron. Leeré con atención las palabras que les dedican, palabras honestas, escritas desde el alma.
No son historias tristes, son historias de amor.
Lo sé muy bien. Yo tengo la mía.