El nombre de Rundell, Bridge & Co no se ve retratado en reseñas actuales vinculadas a la corona británica, sin embargo, en el joyero de esa monarquía habitan joyas del siglo XVIII y XIX que llevan su firma.
La casa también fue registrada con el nombre de Rundell, Bridge & Rundell. Edmond Walter Rundell, John Gawler Bridge y luego, los sobrinos de éste, John Gawler Bridge y Thomas Bigge refundaron una nueva empresa dedicada a la joyería.
El prestigio de esta casa radicó en la calidad de joyas que diseñaban sus expertos orfebres y gracias a ese trabajo minucioso pasaron a ser proveedores de joyas de la corona británica. Trabajaron para cuatro monarcas: Jorge III, Jorge IV, Guillermo IV y Victoria.
Esta firma estuvo interesada en las perlas que se extraían de la isla de Margarita, famosas por sus tamaño y oriente, incluso, Rundell, Bridge & Rundell obtuvo una concesión otorgada por el Congreso de Colombia, para explotar los ostiarios, según lo señala la historiadora Grecia Salazar.
Pero no sólo extrajeron perlas del mar Caribe también fabricaron una cajita de oro de 18 quilates, encargada por Jorge IV de Inglaterra en 1825 para Simón Bolívar. Algunos documentos explican que integra el lote de pertenecias de El Libertador bajo custodia del Banco Central de Venezuela
Entre las piezas más relevantes de la citada firma está la corona que lució Jorge IV en el trayecto hasta la Abadía de Westminster donde fue coronado como rey de Inglaterra en 1820. La importante pieza aparece en varias pinturas. La utilizan las reinas consortes, lo que significa que en alguna oportunidad la veremos en la cabeza de Camilla. Además, fue la seleccionada por Isabel II para el retrato que sería el utilizado en las estampillas.
Jorge IV encargó a Bridge & Rundell una vajilla conocida como el gran servicio que consta de 4.000 piezas de plata dorada y actualmente se usa para las cenas de Estado.
Otra pieza relevante fue la tiara Rundell, creada para la reina Alexandra de Inglaterra, y forma parte de un conjunto de collar y broche. La existencia de la tiara está envuelta en un misterio, se cree que puede haberse dividido en partes iguales entre su familia, mientras que el collar y el broche integran el joyero real de la casa británica.
Hoy, las piezas de Bridge & Rundell compiten en subastas y suman prestigio a cualquier colección.