Ojos:
Veo tan intensamente como el halcón, y
discierno lo honesto de lo falso.
Me cuido tanto de día como de noche
de quien trama contra mi honor.
Orejas:
No descuidaré de abrir mis oídos para que puedan escuchar la palabra de Dios, quien mantiene a los piadosos bajo su protección.
Mano derecha:
Despreciaré el orgullo y me contemplaré en el espejo de Cristo, por quien Dios nos redimió.
Boca:
Cada hora, día y noche, llevaré un candado dorado en mis labios, para que no pronuncien palabras dañinas, ni hieran el honor del otro.
Seno: Como la tórtola, tendré un corazón firme,fiel al que será mi esposo.Ninguna culpa suya romperá mi lealtad.
Cintura:
Mi cintura está ceñida de serpientes, tal como como debe el de toda mujer honesta. Me protegeré del veneno del escándalo, del mal amor y de juegos vergonzosos.
Mano izquierda:
Serviré a los mayores libremente y así ganaré la vida eterna.
Ninguna otra cosa que pudiera hacer me traería ese fin.
Pies:Andaré sobre cascos de caballo y me mantendrá firme en mi honra.No caeré en el pecado, que, aunque dulce al principio, después se vuelve amargo como la hiel.
En el fondo:Cualquier mujer que tenga esos rasgos, mantendrá su honor intacto.Y seguramente ganarás de Dios arriba, un reino eterno en el cielo.