Gente que Cuenta

Lakshmi, por Lucy Gómez

www.atril .press Lakshmi
Diosa Lakshmi,
litografía de 1894,
autor desconocido

Estaba en la calle un día de calor, rodeada de gente, con mucho polvo en el aire mientras esperábamos.  Un ruido, pesado, inmenso se iba acercando. La vi a la cabeza de lo que parecía un desfile, sentada encima de un gran elefante blanco. Vestía de rojo y dorado bajo una especie de toldo con dibujos. Había un ruido circular, una ola de aclamaciones.

Sonreía cuando pasó, lanzando flores de loto y monedas, perfumando el aire. Al lado corría la gente, aplaudiendo, aclamando.

Cuando me desperté, recordaba a medias cómo fue esperarla en aquella calle que no se parecía a ninguna otra, que no tenía aceras, bajo un sol brillante en un cielo sin nubes. Era una explanada en donde no sé por qué me encontraba. El rostro de ella, llena de joyas, sonriente, era apenas una bruma, una sensación de belleza a la mañana siguiente.

Y me olvidé de ese como de tantos otros sueños. Hasta que la volví a ver. Eran unos grabados hindúes donde aparecía en la misma actitud: lanzando flores y monedas de oro, montada en su elefante, brillante y llena de joyas. Era la diosa del amor, de la libertad  de las mujeres, de la riqueza, de la sexualidad, de la abundancia. Lakshmi, la que se dio el lujo en una sociedad antigua y restrictiva de escapar de su primer marido y refugiarse mientras encontraba al segundo, el dios Vishnú, con quien desde entonces aparece en pareja.

Lakshmi no se parece a las vírgenes católicas, no es casta. Ni a las escandinavas. No es guerrera. Se parece más a las gentes que hacen las cosas por impulso, que no desdeñan para nada la riqueza y la abundancia, que disfrutan del lujo y no se arrepienten de sus placeres.  No es una santa. Es más bien una mujer.

Eso sí, ayuda a quien puede, esparce belleza. Una deidad moderna que no se sirve de los seres humanos, sólo promete la satisfacción  y la felicidad, sin recurrir a pastillas ni  psicoanálisis. Es creativa. Las monedas y flores que reparte son símbolo de la riqueza material y espiritual.

Qué iba a saber yo de eso, cuando la vi a lo lejos. Inconscientemente la encontré. Y a partir de ese reconocimiento, me acerqué a una cultura preciosa, que me ayudó a entender y compartir ideas sobre la libertad, la sexualidad y la abundancia, que hoy se creen modernas. Serán rechazadas por mucha gente, aún en donde se originaron, pero no por eso dejan de ser humanas y por ende, mías.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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