
A las 7: 30 a.m. del viernes 22 de noviembre de 1963, un representante del Servicio Secreto encargado de la custodia del presidente preguntó a Kennedy si deseaba que los agentes viajaran en los estribos del auto. El presidente contestó negativamente, pues suponía que el pueblo de Dallas, Texas, quería verlo sin custodia y así se haría. Solamente le faltaban a Kennedy 5 horas para morir de un balazo en la cabeza.
A las 4: 30 p.m. de un viernes 14 de abril de 1865, el Mayor Crook guardaespaldas de Lincoln preguntó a éste si no le parecía muy arriesgado asistir al Teatro Ford esa noche sin el grupo de agentes necesarios para su protección, y Lincoln abandonando por un instante su acostumbrado buen humor le contestó: “Crook, es posible que exista alguien que desea quitarme la vida, y no pongo en duda que lo consiga, pero déjeme ir al teatro en paz, pues no deseo verme tan custodiado”. Solamente le faltaban a Lincoln 5 horas para morir de un balazo en la cabeza.