Gente que Cuenta

Los hablantes de Saki, por Victorino Muñoz

Saki Atril press
“Practicaban la conversación de un modo limitado y persistente”.

El “Narrador de cuentos” es una de las mejores piezas narrativas breves, no solo de Hector Hugh Munro (conocido como Saki), sino de toda la historia del género. Además de lo agradable de la narración, constituye una suerte de ars poética, a la vez que un alegato contra la intención de moralizar a partir del cuento.

En dicho texto hay una frase en la que pienso, casi en cada circunstancia en que me toca escuchar a otros. (Por suerte cada vez son menos, gracias al trabajo que realizo). El narrador protagonista, refiriéndose a unos personajes que iban con él en el vagón de tren, dice: “practicaban la conversación de un modo limitado y persistente”.

A menudo recuerdo esta frase cuando estoy, por ejemplo, haciendo fila en una oficina pública, para algún trámite. Ya se sabe que en estos lugares no se caracterizan por lo diligentes, ni los usuarios por ser muy callados.

Si bien algunos se dedican a ver cosas en sus teléfonos celulares, muchos improvisan lo que podríamos llamar tertulias, si no fuera porque más bien parecen monólogos alternados. La cosa va más o menos así:

Señora 1: hace calor.

Señora 2: yo viví en Ciudad Bolívar, y allí sí que el calor espanta.

Señor 1: el dominó se juega entre cuatro, o sea, dos para dos.

Señora 2: por eso me vine.

Señor 1: porque jugarlo solo es como pavoso, ¿verdad?

Señora 2: sí, aquí es más fresco.

Señora 1: ¿a qué hora irán a abrir?

Señor 1: si tuviéramos una mesita, armamos una partida.

Pese a lo disparatado, la conversación puede mantenerse por todo el tiempo que estemos en la fila. Esto quiere decir: por horas. Y aún hay cosas más raras. Recuerdo a una mujer a la que le dio por mostrar las fotos de su teléfono, diciendo que había viajado para Japón y Estados Unidos. Yo para mis adentros murmuraba: ¿cómo sabes que aquí no hay un delincuente que te puede secuestrar?

Los peores son sin duda los que creen conocer todo con respecto a los trámites que vamos a hacer. De repente salen expertos en el asunto, y se arman tamañas discusiones. Entonces interviene el que cuida los carros y el que vende empanadas, que hablan con tal suficiencia, que cualquiera diría que son los jefes que tienen que firmar el documento en cuestión.

Yo por lo general me refugio en mis audífonos. Y si alguien me pregunta, me hago el sordo, el tonto o el loco. O ambas tres. Porque para eso tengo bastante práctica, ya que también trabajé en una oficina pública. Pero esa es otra historia que algún día les contaré.

Captura de Tela 2022 03 16 às 15.41.44
Victorino Muñoz
valenciano, autor de “Olímpicos e integrados”, ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y “Página Roja”, publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017.
rvictorino27@hotmail.com
Twitter:@soyvictorinox
Foto Geczain Tovar

del mismo autor

12

Compartir en

    ¡Suscríbete a nuestro Newsletter!