Puedes activar o desactivar tus genes, mediante el condicionamiento de las señales del entorno, lo que a su vez moldea nuestra salud y bienestar, siendo responsables de nuestra recuperación y evidente mejoría. ¿Cómo llegar? Te explico: los genes han sido determinantes de distintas afecciones corporales sobre todo las asociadas a la cronicidad. Comprender los misterios del cuerpo humano, nos sitúa en la epigenética, que emerge como un fascinante campo de estudio que desafía las teorías tradicionales de la genética y explora cómo factores ambientales influyen en la expresión de los genes sin alterar la secuencia del ADN.
En este punto te preguntarás, ¿qué acciones puedo emprender para contribuir desde mi consciencia en el proceso de rescatar o mantener mi calidad de vida? A esta altura seguro has escuchado, incluso aplicado varias técnicas, pero aquí́ lo valioso es la ejecución en simultáneo de recursos dirigidos al cuerpo, psique y la espiritualidad, para que como ser humano puedas vivir desde la integración, saliendo del modo automático de vida moderna, ejecutar múltiples tareas en paralelo y mantener el control del día a día.
El estrés: predispone a cambios epigenéticos adversos, pero por fortuna gozamos de mecanismo de adaptabilidad diarios imperceptibles, solo que cuando se colapsan nos llevan a sentirnos desbordados mental y biológicamente. Por eso sugerimos la práctica de técnicas de respiración consciente, meditación, yoga o simplemente tomarse unos minutos al día para relajarse y respirar profundamente, todo lo cual puede ayudar a modular la respuesta al estrés. Estas prácticas están asociadas con la activación del sistema nervioso parasimpático, que contrarresta la respuesta del sistema nervioso simpático responsable de la reacción de “lucha o huida” frente al estrés.
Pueden practicarse diariamente, incluso en sesiones cortas de 10 a 15 minutos para obtener beneficios significativos en 5 pasos. Vamos a la acción:
1.- Tiempo y lugar dedicado: defínelo y anótalo.
2.- Duración de la práctica: especifica el compromiso.
3.- Define la técnica: respiración abdominal, la respiración diafragmática o la respiración 4-7-8.
4.- Constancia: saltar un día no hará diferencia, pero dos sí.
5.- Evalúa y ajusta según sea necesario.