Recientemente el mundo del atletismo de fondo se ha visto sacudido por el repentino y accidentado fallecimiento de un prometedor atleta en la plena flor de su condición física.
Se trata de Kelvin Kiptum, quien hace poco fijó la marca en el maratón, amenazando con ser el primer humano en bajar de las dos horas en una competencia oficial. Hasta donde tengo conocimiento es la tercera vez que esto ocurre. Así, el caso de Kiptum viene a sumarse al de Steve Prefontaine y Samuel Wanjiru.
Steve Prefontaine, atleta norteamericano de fondo y semifondo, llegó a ser plusmarquista hasta en siete distancias distintas. Sin embargo, en el mejor momento de su carrera deportiva, se volcó en su vehículo. Se dice que posiblemente el accidente se debió al exceso de alcohol, ya que venía de una fiesta, aunque hay quienes lo desmienten.
En segundo lugar, se encuentra Wanjiru, keniata, medalla de oro y récord en maratón olímpico, quien también falleció en extrañas circunstancias. Según la versión oficial, el atleta se encontraba en su casa, con otra mujer. Pero su esposa los encontró y en represalia los encerró en la habitación. Wanjiru, al tratar de escapar por el balcón, cayó y sufrió heridas que le ocasionaron la muerte.
Recientemente, en este año 2024, el también keniata Kelvin Kiptum falleció cuando el vehículo que conducía salió de la vía. Al parecer el automóvil se encontraba en buen estado de funcionamiento, sin fallas mecánicas. Además, otro factor que contribuye a enrarecer el asunto es que días antes unos hombres habían estado buscando al atleta, según declaró el padre del mismo.
¿Quieren que les diga algo más extraño? Vean las fechas de cada uno: Steve Prefontaine, (25 de enero de 1951 – 30 de mayo de 1975); Samuel Wanjiru, (10 de noviembre de 1986 – 15 de mayo de 2011). Kelvin Kiptum, (2 de diciembre de 1999 – 11 de febrero de 2024). ¿Sacaron la cuenta? Todos tenían 24 años al momento de fallecer.
No lo estoy inventando. Pueden investigar. Extraño, ¿verdad? Yo no soy conspiranoico, no creo en ovnis ni en triángulos de las Bermudas; pero esta es una de las casualidades más extrañas que yo haya visto. Si es que es casualidad. Hasta parece una historia de Los expedientes secretos X.