En la cocina del claustro, s/f
La actividad humana es compleja y rápida. Ante un estímulo, cualquiera que sea, el cuerpo humano responde inmediatamente en su totalidad. Por ejemplo, cuando vamos caminando mirando al frente muy seguros y perdemos el equilibrio al resbalar, de inmediato entran en juego una serie de movimientos voluntarios e involuntarios que nos permiten si no recuperar completamente el equilibrio, por lo menos amortiguar la caída.
La pregunta sería ¿cómo hace nuestra humanidad para responder con tanta precisión y rapidez?
¿Cuáles músculos debo contraer y cuáles relajar para preparar mi defensa ante un ataque furtivo, como puede ser un resbalón?
Hay algunas reacciones que son conscientes pero la mayoría son inconscientes y automáticas. No nos ponemos a pensar qué haremos, sino que el cuerpo hace lo que tiene que hacer.
¿De cuáles elementos se vale el cuerpo para transmitir y ejecutar la orden que el cerebro indica? Estos no son más que los neurotransmisores.
Cada actividad humana está mediada por un neurotransmisor, desde lo que pensamos, percibimos, sentimos, hasta nuestras ideas, movimientos, pensamientos, percepciones, estado de ánimo, recuerdos, sueños, apetitos, atención, concentración, la respuesta al estrés, etc. Todo es responsabilidad de un neurotransmisor.
El amor y el desencanto también son mediados por esas substancias.
Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran en el sistema nervioso y que transmiten señales entre las neuronas.
Estas sustancias son liberadas por una neurona y se unen a receptores específicos en otra neurona, lo que permite la transmisión de información de una célula a otra.
Existen varios tipos de neurotransmisores. Entre los más conocidos se encuentran la serotonina, la dopamina, la noradrenalina, el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y el glutamato. Cada uno tiene funciones específicas y actúa en diferentes áreas del cerebro y del sistema nervioso para regular diferentes procesos fisiológicos y cognitivos. El cerebro es como una gran ciudad de vías y estaciones y así cada neurotransmisor posee su vía particular, cuyas neuronas se conectan unas a otras en las sinapsis, que no son más que el punto de unión o intercambio de señales neuronales.
Así se habla de neuronas dopaminérgicas y vías dopaminérgicas por ejemplo.
Médico psiquiatra clínico, profesor universitario jubilado en Venezuela y activo en Perú, casado, con seis hijos y seis nietos. Soy un viejo feliz
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