Gente que Cuenta

Nomeolvides,
por Lucy Gómez

Nomeolvides Atril press
Insecto alimentándose de una nomeolvides

Es un pequeño arbusto con ramitos de florecitas azules con el centro amarillo, muy usado por los jardineros municipales porque es fácil de mantener. Cuando encuentra un clima muy favorable, se convierte en invasora y por eso se le considera una maleza en el medio oeste de Estados Unidos. Cuando hay cuatro estaciones, es una elección frecuente en jardines y parques desde mediados de primavera hasta finales del verano. Son masas azul claro, muy visibles.

También se encuentran variedades con flores rosadas, blancas o moradas, entre 30 y 80 centímetros de alto, de hoja ancha o estrecha. Una vez que tienes una la tienes siempre, porque se resiembra, pero si no, consigan un sobre de semillas.

Se dejan en agua un día, se descartan las que no floten, se siembran en un semillero o un envase de yogurt, con agujeritos en la base para que drene bien el agua y tierra de jardín universal, de las que venden en cualquier super o vivero. Se humedece la tierra, se colocan las semillas, se cubren con una capita de menos de un cm de tierra  y se vuelven a rociar con agua. En alrededor de quince días germinarán. No se olviden de mantener la tierra húmeda, sin encharcar.

Hay un par de leyendas sobre el origen del nombre.  Desde que la planta le gritó a Dios: “¡No me olvides!“ en el proceso que hubo para darle nombre a todas, viendo que a ella le dejaban de última… y Dios le respondió: “Entonces ese será tu nombre”, al cuento alemán de la pareja que paseaba por el Danubio. Ella quería un ramo de las flores azules, pero empezaba a arrastrarlas la corriente. Él se lanzó al río para dárselas y las alcanzó, pero la fuerza del agua se lo llevaba. Solo tuvo tiempo, antes de desaparecer, de lanzarlas a la orilla y gritarle a ella “No me olvides”….

Mas cerca en el tiempo, una variedad se escogió como emblema de Alaska. En Colombia, un 9 de abril se convirtió en el símbolo de la memoria y la solidaridad con las víctimas de la guerra, porque sobrevive en terrenos difíciles y produce vínculos.

A mí me recuerda mi tierra y canciones como No me olvides, de Abel Pintos, aquella que dice: “Maldita sea la duda y la costumbre de pensar que no se puede vivir de esta manera. Yo vivo en la distancia, pero puedo regresar y amarte cada noche en cada estrella”.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

de la misma autora

13

Compartir en

    ¡Suscríbete a nuestro Newsletter!