
La protagonista de la ópera “Lulú” de Alban Berg, es el prototipo de la mujer perversa y fatal. En el prólogo, Lulú es descrita como “criatura del mal” que goza seduciendo a los hombres para luego obligarlos a cometer toda clase de crímenes y bajezas.
Su infame carrera de vicios y pecados, eventualmente llevan a la insólita mujer hasta Londres. En esa ciudad, Lulú se encuentra acompañada por una corte de pintorescos seguidores, entre los cuales está la Condesa Geschwitz, su amante lesbiana.
Una noche húmeda y brumosa, las dos mujeres salen a buscar clientes en las calles, pues han tomado la prostitución como medio de vida. Tras mucho deambular, Lulú divisa a un elegante personaje que espera inmóvil en las sombras. Viendo allí un prospecto lucrativo, Se dirige hacia él y tras una breve conversación, ambos desaparecen en la bruma londinense. Se escucha un grito desgarrador y la Condesa corre hacia el sitio de dónde provino. Allí ve cómo el hombre termina de acuchillar a Lulú y al tratar de defenderla, encuentra también la muerte a manos del más feroz de los asesinos: Jack the Ripper, o Jack el Destripador.

Autor de la ópera Lulú
Foto c.193
Tanto Lulú como la Condesa son personajes ficticios por supuesto. No así su asesino que era terriblemente real. Fue tanta su fama y su apodo tan conocido por toda Europa a fines del siglo pasado, que Alban Berg decidió incorporarlo en su ópera como símbolo del Ángel de la Muerte que castigaba a la infame pecadora.