
El Secreto de la identidad de “S” era conocido solo por Sir Charles Warren y otros dos altos funcionarios de Scotland Yard, mientras el resto del cuerpo ignoraba el terrible secreto. Uno de los detectives de la fuerza había estado siguiendo la pista del asesino muy de cerca y fue así como tras cometer “S” uno de sus horribles asesinatos, el detective casi lo atrapó en el acto. Jack echó a correr por las angostas callejuelas perseguido de cerca por el funcionario. La noche era lluviosa y una densa niebla cubría el sector, pero el desesperado asesino no podía quitarse de encima a su perseguidor que por el ruido de sus pasos al huir no le perdía la pista.Con la desesperación de una fiera acorralada, el monstruo continuó su huida, hasta que desembocó en las márgenes del Támesis. Ante la inminente captura optó por lanzarse a las heladas aguas del río en el mismo momento en que el detective hizo acto de presencia. Este, al ver que la presa se le escapaba se aprestó a disparar contra el asesino. En ese preciso instante, apareció el Jefe Warren quien al ordenar al detective que no tirara del gatillo, salvo la vida de “S… que se perdió rio ahajo entre las brumas.