Gente que Cuenta

Ser músico… por Víctor Morles

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Raoul Dufy,
Concierto Rojo, 1946

Cuando asistimos un concierto, recital o presentación musical, frecuentemente concluimos en lo hermoso que debe ser este arte. Imaginamos a los músicos disfrutando en pleno de su trabajo e incluso muchas veces nos imaginamos que la sensación del espectador es exactamente la misma que la del músico ejecutante. No podemos estar más errados.

Excluyendo las interpretaciones meramente empíricas, los músicos académicos e incluso una gran parte de los artistas populares ocupan una gran parte de sus carreras en procesos formativos. Tener conocimientos básicos en materias tales como armonía, historia, contrapunto, teoría y solfeo entre otros, es para la mayoría de los músicos imperativo.

El nivel de exigencia de cada intérprete es único. Pero no termina siendo coincidencia que los más grandes artistas son siempre los que más tiempo dedican a su carrera. En el ámbito de la música académica este proceso de formación musical comienza habitualmente a una muy temprana edad y en la mayoría de los casos culmina luego de una carrera universitaria que frecuentemente incluye incluso múltiples postgrados.

Dichos estudios traen consigo un hábito disciplinario que termina formando parte del día a día del músico. Una exigencia y expectativa dirigida hacia el perfeccionamiento interpretativo. El más mínimo e insignificante error al ejecutar una obra puede pasar a ser el enfoque primario del artista. Pasamos a ser nuestros primeros y más grandes críticos en la ruta hacia el objetivo soñado. Intentar reducir las falencias o carencias existentes en esa larga carrera hacia el éxito termina siendo la herramienta idónea para el artista.

Y esta intelectualidad musical es llevada a todos y cada uno de los ensayos previos a una presentación. Los grandes artistas no distinguen la diferencia entre un ensayo y un concierto. La música es para ellos el objetivo primordial en todo momento. La búsqueda de esa tierra sagrada de lo sublime interpretativo es literalmente interminable.

Víctor Morles
Músico profesional. Profesor del Conservatorio de música Simón Bolívar. Profesor de la Universidad Experimental de las Artes. Solo Oboe de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Coleccionista y vendedor de arte venezolano.
morlesvictor@gmail.com

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