Ötzi, 2002
Esta semana se cumplieron 32 años de uno de los hallazgos más significativos del siglo XX.
En 1991 un par de excursionistas alemanes encontraron los restos de un hombre cerca del glaciar de Similaun en los Alpes Ötztal. Inicialmente, se pensó que se trataba de un cadáver reciente, pero más tarde se descubrió que tenía alrededor de 5300 años en aquel lugar. Se encontraba en un notable estado de conservación debido a las bajas temperaturas y la capa de hielo que lo cubrió durante milenios.
Ötzi, como fue bautizado en honor al monte Ötztal, llevaba consigo una variedad de objetos y herramientas, incluyendo un hacha de cobre, un cuchillo de sílex, arcos y flechas, y una mochila de cuero. También vestía ropa hecha de piel de animal y fibras vegetales, lo que sugiere una habilidad avanzada en la confección de prendas.
Los numerosos estudios nos permiten acercarnos a este hombre prehistórico y saber que medía alrededor de 1.6 m, era del grupo sanguíneo 0, tenía ojos marrones y el pelo castaño. Además, era intolerante a la lactosa. El análisis de su estómago y dientes reveló que su dieta consistía en carne de animales salvajes, pan de corteza de abedul y otros alimentos típicos de la región montañosa, y se sabe que su última cena estuvo compuesta por carne de cabra montesa, ciervo y cereales. Además, se cree que era un cazador-recolector que vivía una vida nómada en las montañas. Los investigadores también han estudiado sus 57 tatuajes, que podrían haber tenido propósitos medicinales o rituales.
Ötzi fue asesinado: murió a causa de una herida de flecha en la espalda que le perforó el pulmón y el hombro. También tenía varias heridas adicionales, lo que sugiere que pudo haber estado involucrado en peleas. Además, detalles como que hubiese recorrido grandes distancias los días previos a su muerte y que portara herramientas y armas, lleva a pensar que estaba huyendo a través de las montañas cuando sus atacantes lo encontraron y acabaron con su vida.
Ötzi, el Hombre del Hielo, es un hallazgo arqueológico fascinante que ha arrojado luz sobre la vida y la cultura de la Edad de Bronce en los Alpes, permitiendo a los científicos aprender mucho sobre la vida de las personas de esa época. Su cuerpo y pertenencias están expuestos en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur de la ciudad de Bolzano, Alto Adige, Italia
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