Recuerdo la época en que para mí plantar semillas era un imposible práctico y todo un misterio. Envidiaba la colección de pensamientos, fucsias, margaritas y lechugas que tenían mis amigas que vivían en zonas frías y las usaban con frecuencia, pero lo veía como algo muy lejano e imposible para mí. Era cosa de quienes vivían en el friíto y “sabían de matas”.
Varias eras después, puedo recomendar el uso de semillas como un método infalible para tener plantas nuevas, durante varios años, seguro, fácil y por supuesto, más barato, porque por pocas semillas que tenga un sobre comercial, si son grandes, como las de la auyama o calabaza, encuentras 4 por gramo, 250 por gramo si son como las de la cebolla y casi mil si son mínimas como las de zanahoria. Los sobres pesan alrededor de 5 gramos.
Si no son compradas, se pueden guardar en una bolsita de papel bien cerrada e identificada y mantenerlas en la nevera o en un lugar seco y oscuro durante por lo menos un año. Más tiempo no. Las semillas comerciales duran mucho más, porque les ponen conservantes y van en bolsitas de material aislante.
El tema viene a cuento porque en los países del trópico, se siembra en cualquier época del año, porque las temperaturas rara vez bajan de dieciocho grados. En los de cuatro estaciones en Europa o en Estados Unidos hay primavera, tiempo en el cual se puede sembrar sin que la lluvia o el hielo lo impidan.
Así que vayan de paseo virtual por las tiendas de jardinería y vean ofertas. En algunos supermercados también hay exhibiciones.
Primera indicación. El sobre no es una bolsa que se bota después de sacar las semillas. Tiene valiosa información sobre la temperatura mínima para sembrar, el tiempo que tardan en germinar y madurar, a qué distancia y profundidad se plantan y sus características: ancho, alto, tipo de floración, etc.
Es importantísimo, porque se pueden morir de éxito si compran una planta que crezca a tamaños insoportables para su balcón, por ejemplo. Y la información más importante, pero que nadie ve. El tiempo en que vence el contenido. No pasa con frecuencia, pero si no revisas te pueden vender semillas viejas o a las que les falte poco para vencerse.
Al sembrar recuerda que además de los mil y un semilleros comerciales, que tienen hasta lamparita y calefacción, hay toneladas de vasitos de plástico de gelatina y yogurt, cartones de leche y de jugo, etc., que claman por ser reciclados y no cuestan nada. Solamente hay que abrirle huecos por debajo para que drene el agua, colocar una capa de piedrecitas, pedacitos de anime o loza, arcilla expandida o carbón vegetal (sin gasolina) en el fondo para lograr un drenaje conveniente. Luego una capa como de dos dedos y medio en sentido horizontal de tierra, y colocar las semillas.
Si son medianas o grandes, el hueco debe ser al doble de su tamaño. Si son un polvillo, riégalas por encima. Si están muy abajo no podrán atravesar la barrera y no saldrán. Deben estar en un sitio soleado, protegidas del viento, animales, niños curiosos y adultos descuidados y distraídos.
En el tiempo previsto según la especie, (eso también viene en el sobre, pero lo puedes preguntar fácilmente por Internet), va de tres días a una semana, pero puede llegar a quince días o un mes (paciencia), saldrán. En todo ese tiempo hay que regar, sin pasarse porque el suelo debe estar siempre húmedo, pero no empantanado.
En lo que salgan, espera a que tengan tres o cuatro hojas para traspasarlas a una maceta o a un terreno y ya está. Planta nueva.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com