Ha fallecido Orenthal James Simpson, mejor conocido como OJ. Fue una superestrella del fútbol americano, que se hizo mundialmente famoso por su desempeño en el deporte y por otras razones no tan meritorias, de las que hablaremos acá.
Para quien no lo sabe, en fútbol (soccer) y fútbol americano, se necesita lo que se conoce como fuerza explosiva. Es lo que permite a los jugadores y corredores de velocidad, entre otros, desarrollar toda la potencia posible en un intervalo corto de tiempo, al igual que esos vehículos que pasan de cero a 100 en cuestión de segundos.
Ahora bien, en muchos de estos deportistas, también dichas explosiones se evidencian en el carácter. Y por ello no es OJ Simpson el único en el que la violencia pasa a ser la protagonista, dejando el deporte en un segundo plano.
Es lo que presumiblemente ocurrió en la vida del célebre jugador, acusado de matar a su ex esposa Nicole Brown y al supuesto amante de esta (Ron Goldman), cuyos cuerpos fueron encontrados en el jardín de la casa de la mujer, con signos de haber sido apuñalados.
El primer sospechoso era OJ. Debía entregarse, pero no lo hizo. Fue detenido finalmente, luego de una persecución televisada (un reality show antes de los reality shows). Aunque no fue algo tan emocionante como en las películas: condujo durante dos horas a baja velocidad. Al parecer había perdido la explosividad o el vehículo no era muy rápido.
Posteriormente, comenzó un juicio bastante mediático también, dada la fama del personaje. Y pese a algunas pruebas que lo incriminaban (como los guantes, encontrados uno en la escena del crimen y otro en su carro), Simpson fue eximido de los cargos. Su defensa se amparó en el argumento de “yo, pobre hombre negro acusado por policías racistas que me quieren sembrar evidencias”.
Tales maniobras no fueron útiles después, en 2008, cuando Simpson fue juzgado y condenado por secuestro y robo a mano armada; un delito que sí cometió, paradójicamente, años antes de los asesinatos de Nicole Brown. Le aplicaron justicia retroactiva, pero justicia al fin.
Salió de la cárcel en 2017, bajo libertad condicional. De acuerdo con el chiste macabro, si quieres hacerte famoso, haz algo por lo que puedas llegar a serlo o mata a alguien. En el caso de OJ Simpson, parece haber aplicado para las dos.