Gente que Cuenta

Trabajos de altura, por Cynthia Montaudon

James Gillray Atril press
James Gillray,
Siguiendo la moda, 1794

Llegar a obtener trabajos en los niveles más altos de la jerarquía es una aspiración humana. Se asocia el “estar arriba” con una condición de poder. Pareciera que la estatura tiene una fuerte correlación con la oportunidad de llegar a ocupar puestos de mayor nivel en una empresa. Estudios realizados en el Reino Unido, Alemania y los Estados Unidos, aseguran que las personas altas obtienen mejores empleos y que en promedio ganan hasta ochocientos dólares más que los más bajos debido al bono de la altura. Esto debido a que la talla se vincula con mayor respeto y fortaleza y con el liderazgo. De hecho, desde la infancia se elige primero a los más altos para participar en juegos y competencias o para dirigir equipos.

Los estudios sugieren que ver a los demás hacia abajo resulta en mayor seguridad, confianza y una sensación de control, produciendo un efecto de dominancia social. Tanto incide la estatura que la mayoría de los reclutadores tienen un sesgo inconsciente hacia los candidatos más altos y la altura influye en las oportunidades laborales que se asignan. Además de deportistas de alto rendimiento, modelos y las fuerzas del orden, las personas de mayor talla tienen éxito en las ventas y las negociaciones.

Pese a una preferencia natural por las personas altas, ser bajo tiene también sus beneficios. Históricamente han destacado pequeños exitosos que suplen la falta de estatura con otras habilidades, como el empeño y la atención a detalles. Se asegura que tienen más don de gentes y que son más democráticos y compartidos. Son conservacionistas natos porque necesitan menos recursos, lo cual, en las empresas, genera menos gastos. Las personas de corta estatura destacan como pilotos de Fórmula 1 y de aviones de combate, en las profesiones médicas y la academia, por ejemplo.

Aun cuando falta ciencia detrás de los estudios, en el trabajo a los altos se les califica como más inteligentes y a los más bajos de bondadosos y amables. En un mundo donde el tamaño importa, la frase “es muy bueno ser grande, pero es más grande ser bueno” parece eliminar la diferencia en altura.

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Cynthia Montaudon es profesor de tiempo completo de la Escuela de Negocios de UPAEP Universidad en la ciudad de Puebla, México. Cuenta con estudios posdoctorales en Liderazgo Organizacional. Es doctor en Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología y también doctor en Negocios. Actualmente dirige el Observatorio de Competitividad y Nuevas Formas de Trabajo de la UPAEP y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel I.
cynthiamaria.montaudon@upaep.mx

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