Gente que Cuenta

Un golpe al ego, por Luis Alejandro Rodríguez

George Platt Lynes Atril press
George Platt Lynes,
Retrato de Yurek Shabelevsky, 1939

Mi esposa y yo teníamos una fiesta, la hija de un amigo se graduaba de Comunicadora Social. La reunión se realizaría en la sala de un edificio, entre los muchos de una calle.

Compromisos laborales me impedían estar temprano, por esto, acordé con mi esposa que ella se fuese primero y yo la alcanzaría luego. Efectivamente así fue, serían las 9:00 de la noche cuando llegué a la calle en donde se encontraba el edificio, no era fácil ver los nombres de las residencias, así que me detuve en el primero en donde había una fiesta. Traté de llamar por el teléfono celular, pero sin éxito.

Decidí acercarme a la puerta para esperar que alguien me la abriese. Llego a la puerta exterior del edificio y veo en el interior a una joven quizás de 35 años. Le pregunté…

—Buenas noches. ¿Usted está en la fiesta?

—¡Sí!

—¿Conoce a la señora Alicia?

—¡Sí! —Junto a su respuesta noté cómo me miraba de arriba abajo—.

—Podría por favor decirle que… —No me dejó terminar la frase, y a continuación gritó a viva voz—.

ALICIAAA, ¡YA LLEGÓ EL STRIPPEEER! Al grito siguió una algarabía dentro de la sala de fiestas, lo que aumentó mi angustia y me apresuró a intervenir…

—¡Espere, espere! ¿Esto no es una fiesta de graduación?

—¡No! Esto es una despedida de soltera.

—¡Ah! Disculpe, es que me dijeron que en esta calle…

—No se preocupe. Debe ser la fiesta que está cuatro o cinco edificios más adelante.

—Gracias, muy amable.

Hasta aquí todo muy bien, se había tratado de una simple coincidencia junto a un mal entendido. Pero los seres humanos nos complicamos. De camino a mi vehículo me abordaron unos pensamientos… “¡Wow! Puedo añadir una línea al currículum de mi Ego: he sido confundido con un stripper

Por otra parte, mi formación en ciencias asomaba una duda muy razonable… ¿Un tipo maduro, ya con varias canas, y con algo de sobrepeso, como stripper? Decidí buscar la verdad.

No llegué al vehículo, di la vuelta en dirección a la puerta del edificio, la joven todavía estaba allí.

—Disculpe, solo por curiosidad… ¿Le parezco un stripper? —Su respuesta fue contundente:

—Realmente ¡no!, pero, como no pudimos juntar mucho dinero, pensé que usted es lo que habían conseguido.

Sonreí con gran esfuerzo, le di las gracias y me fui a mi vehículo. Una vez dentro de él, me miré en el espejo retrovisor y me dije… “Tranquilo, solo eres un stripper devaluado”.

Luis Alejandro Rodríguez e1653666013155
Luis Alejandro Rodríguez Castillo es médico venezolano, Master en inmunología del IVIC y Nebraska University. Fue Scientific Adviser en Sandoz Switzerland. Escritor y guionista para la ciencia. Desde hace varios años escritor para el espíritu. Autor de “El Tweet de Dios”.
luisr168@gmail.com

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