Gente que Cuenta

El regreso del rosa, por Mayte Navarro

Barbie Atril press
“Se habla de que Barbie cambió el deseo de las niñas de ser madres por el de la coquetería…”

En 1959 Barbie hizo su aparición en el mundo de los juguetes. Su creadora, Ruth Handler, era una empresaria cuyo físico no tenía nada que ver con el de la sofisticada imagen del nuevo juguete.

Esta señora recordaba más a una ama de casa, sin embargo, era ingeniosa y emprendedora, una mujer práctica que buscaba el éxito de su empresa.

Hoy el nombre de Handler reaparece, pero se queda en un segundo lugar. La muñeca de la caja rosada vuelve a estar en primera página. Quienes en los 60 jugaban con ella se atreven a emularla y hasta se encierran en la caja para una foto que cuelgan en Instagram.

Se habla de que Barbie cambió el deseo de las niñas de ser madres por el de la coquetería y hasta le achacan que haya sido la motivadora de desórdenes alimenticios, porque sus dueñas querían parecerse a ella.

En 1959 a mis amigas y a mí ya no nos interesaban las muñecas, aunque estábamos en primaria, nos atraían otros juegos, pero fuimos testigos de como la Barbie entró en el salón de clases. El ajuar de la rígida muñeca se convirtió en un acto de coleccionismo y de competencia.

Hoy la película nos presenta una historia donde la vida de Barbie sigue el guión original. Una mujer a quien le aterra no montarse en unos stilettos de vértigo, que vive rodeada de amigas que no difieren en sus preocupaciones y que el rosado, color vinculado con lo kitsch, prevalece.

Lo que no hablan muchos es que a medida que las niñitas crecían, sus Barbies iban desfigurándose. Eran sometidas a la tortura de unas manos cada vez más fuertes y hacían que lejos de movimientos coquetos la muñeca imitara a Nadia Comaneci y en ese esfuerzo quedara minusválida.

La cabellera dorada también fue otro centro de ataque y de aislamiento. Cuando ya habían pasado unos cuantos meses con su dueña, que se había zambullido en la bañera y había conocido el rigor del peine, Barbie era sometida al cambio de estilo gracias a unas tijeras que sin compasión cortaban su melena.

Otras veces era el centro de venganza de un hermano que al verse delatado por alguna travesura se ensañaba con la muñeca que pasaba al olvido.

Barbie marcó una competencia entre las pequeñas, que querían poseer el mayor número de versiones. Así orgullosas mostraban la Barbie morena o la más gorda. Pero fueron los adultos quienes se aprovecharon de Barbie para medir su fama y así encontramos la Celia Cruz o la Irene Sáez. Los diseñadores hicieron otro tanto y vestir a la muñeca casi representaba un dedal de oro.

Barbie está de vuelta y esta vez parece que el negocio va más allá de satisfacerse con los comentarios y el éxito de taquilla.

Captura de Tela 2021 07 29 às 16.34.12
Mayte Navarro.
Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas. Ha ejercido el periodismo en galerías de arte, en el diario El Universal, mantiene el espacio Madame Glamour en el programa radial Las entrevistas de Carolina. Escribe de moda, arte y estilo de vida.
mayte.navarros@gmail.com

de la misma autora

9

Compartir en

    ¡Suscríbete a nuestro Newsletter!