A sus nueve Stéfano años tiene una curiosidad inagotable. En aquella Roma un poco despedazada va descubriendo el mundo a cada rato. Le encanta el ruido del motor de los jeeps americanos.
De pronto de uno de esos jeeps sale un sonido que no había escuchado antes. Una música que lo arropa con calidez. Stefano se acerca al jeep fascinado. Es la primera vez que escucha esa música. Sinatra pasea sobre los compases del swing. Y allí se queda para siempre. Ya ha decidido que será cuando sea grande.