Zanahorias, por Lucy Gómez

Cuando era pequeña las zanahorias no me mataban, precisamente. Bueno, ningún vegetal en realidad. Pero formaban parte de mi dieta porque sí, ya que he sido miope desde niña y mi madre, que era maestra, estaba convencida de que la vitamina A de la zanahoria, si la comía en suficientes cantidades, haría que por fin pudiese ver claramente los números en la pizarra y dejase de sacar tantas malas notas en matemáticas.

En fin, años después y superadas las matemáticas por el simple expediente de apartarlas de mi vida para siempre al estudiar humanidades, reencontré a las zanahorias cuando me empeñé en hacer un huerto en mi casa, en un piso 17. Planta fascinante. China es el primer productor mundial, ahora que se la come en todo el mundo, por millones de toneladas.

Cuando comenzó todo, se la buscaba sólo por sus semillas y sus hojas, como el perejil, el hinojo y el eneldo, que son de la misma familia botánica. Viene de Irán. Por intermedio de la cultura árabe, donde le decían safunária, pasó a la Grecia antigua y de allí a Europa, entre los siglos VIII y X.

No eran anaranjadas entonces, sino rojas y amarillas. El naranja lo inventaron los holandeses, con cruces de especies a propósito para homenajear a su casa real, la de Orange, y crear un símbolo de su lucha por la independencia. A América llegó en el siglo XVII de la mano de los españoles, en ensaladas, guisos, purés, cremas y tortas.

No es difícil cultivar zanahorias. Sólo hay que tener en cuenta que son de clima templado. No es que no germinen, sólo que no crecen bien si hace mucho frío o mucho calor. De resto, sus semillas muy pequeñas se remojan un día, se siembran y cuando tienen cuatro hojas, se escogen las más grandes. La tierra debe ser bien suelta, con humus o compost para que la raíz no tenga que luchar mucho y se alimente suficiente, acumulando azúcares.  Si no, se quedan pequeñas y duras. Se riega, controlando que siempre la tierra esté ligeramente húmeda.

Su principal enemiga es una mosca que lleva su nombre y que puedes combatir sembrando cerca unos dientes de ajo. Cuando crezcan el olor alejará a la mosca.  Hoy hay zanahorias de todos colores y tamaños, listas para experimentar en la cocina.

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