Gente que Cuenta

Albuquerquesimeto,
por Luis Alfonzo

Albuquerque Luis Alfonzo Atril press 1
Albuquereque, New Mexico,
Fotografía Luis Alfonzo 2023

Nuestros recuerdos suelen estar editados. Ellos se componen de lo que nuestro cerebro, en su momento decidió guardar, por si acaso lo llegara a necesitar y otras cosas, reales o imaginadas, que les va sumando, sin consultarlo previamente con el usuario principal, incluso elementos incorporados un poco sobre la marcha, con criterios bastante arbitrarios.

Por lo tanto, quien cree estar recordando algo, está realizando un acto de fe y nuestras memorias no son más que interpretaciones libres, que hacemos de los momentos que vivimos. Son como las viejas fotos, donde nos cuesta reconocernos y cuyos colores suelen resultarnos un poco extraños. En resumen, a pesar de lo poco confiable que podría resultar nuestra memoria, no nos queda más que otorgarle un voto de confianza, especialmente en lo que se refiere a recuerdos de nosotros mismos, que son esencialmente todos.

Todo esto viene a cuento, porque a mí, Albuquerque, el mismo de Breaking Bad y vecino del desierto de Álamo Gordo, el sitio de ensayo de la primera bomba nuclear me recuerda a Barquisimeto. El Rio Turbio, perdón, el Rio Grande bordea la pequeña ciudad y le aporta un toque de verdor, que desaparece casi abruptamente, dándole paso al desierto que sirve de marco al rodaje de numerosas películas del oeste.

En este falso recuerdo de Barquisimeto venezolano, ubicado ahora en el cuadrante suroccidental del territorio estadounidense, la memoria, fiel a su condición, nos confunde continuamente, con un colorido sorprendente, que incluye hasta la autopista que atraviesa la ciudad, pintada de colores pastel y ornamentada con cerámica con motivos precolombinos, en la que confluyen calles y avenidas con nombres en castellano. Todo ello, encapsulado entre un desierto y un cielo abierto, luminoso, con los “crepúsculos más hermosos del mundo”.

Imposible deprenderse de la sensación de estar en una pequeña ciudad de América Latina, una trampa de la memoria, en la que se mezclan sin que sea posible separarlos, los recuerdos fraudulentos del Barquisimeto recóndito y evocado insistentemente, con las imágenes hackeadas por nuestro cerebro reptiliano, en un caleidoscopio interminable de nuevos recuerdos, Walter White, Hiroshima, John Wayne y de mi hijo Santiago, quien atrapado por este espejismo del Oeste Americano, se vino a hacer su maestría en Música, en la Universidad de Albuquerquesimeto.

Luis Alfonzo
Luis Alfonzo es médico psiquiatra, venezolano, quien ha transitado por la práctica clínica, la docencia y el desarrollo de políticas sobre salud mental y uso de sustancias.
alfonzoluis404@gmail.com

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