Veraneantes obstáculo,
por Carmen Concha-Nolte
Asombrada con una esplendorosa luna, vi el instante decisivo de las tortugas marinas en tierra. Sabía que juegan a tierra, mar; tierra, mar. No aludo a canciones infantiles, sino a ciclos de vida. Ellas eclosionan en tierra, retornan al agua, se repatrian a tierra a desovar y regresan al mar. Los machos jamás reculan a tierra.
Majestuosamente, contemplé sus pasos fijos y aleteos lentos como quien esparce la arena. Recorrieron escasos metros. Apuntaron el terreno para el decisivo desove. Las miré agotadas. Fueron decenas y decenas.
Muchos veraneantes infructíferos desoyeron toda prudencia. En instantes previos al momento más crucial, las retrataron creyéndose paparazis, prendieron centenares de linternas apuntando sus ojos, permitieron que niños las cogieran e intentaran pintar sus ca...