Tiempo pasado,
por José Manuel Peláez
La conversación giraba sobre el mismo punto desde que me senté cerca de un grupo de esos que ahora se llaman “gente de la tercera edad”. El tema que daba vueltas en la noria era el consabido “todo tiempo pasado fue mejor”. Cada uno de los asistentes pugnaba por hacer recordar a los otros el aroma de las antiguas panaderías o salivaba al evocar el sabor de “aquellos” tomates o insistía en que la televisión nos había vuelto blandengues.Particularmente nunca me ha gustado pensar que todo tiempo pasado fue mejor y si me mantenía en mi atalaya cercana a la discusión era por la discordante presencia de uno de los viejitos, quizás el más viejo de todos, que no hacía nada por intervenir y que tampoco asentía vigorosamente cada vez que uno de sus compañeros pregonaba una imagen del añorado pasado ...