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Jimeno Hernández Droulers

La Picota, por Jimeno Hernández Droulers
186a, Jimeno Hernández Droulers

La Picota, por Jimeno Hernández Droulers

La Revolución Legalista acaba con el gobierno de Andueza Palacio. Entonces, la entrada de Crespo a Caracas, bajo un diluvio y al son de truenos, causa agitación en la ciudad.Una vez derrocado el continuismo, los periódicos colman sus páginas con elogios al caudillo militar y pormenores de la campaña bélica iniciada desde su hato El Totumo, achacando todo mal del país al expresidente y los pérfidos ministros Batalla, Casañas, Matos y Villegas.En todo callejón de la capital se repite la misma escena. Paredes adornadas de pasquines con caricaturas y frases lapidarias, pregoneros anunciando los últimos aconteceres, o repartiendo folletos. La gente se reúne en horas de la tarde para comprar la prensa o escuchar a quienes leen las noticias en voz alta para aquellos que no conocen las letras.Por ...
Una señorita que se fastidia,<br/> por Jimeno Hernández Droulers
181c, Jimeno Hernández Droulers

Una señorita que se fastidia,
por Jimeno Hernández Droulers

Ana Teresa nació en París en 1889, un año después que Guzmán Blanco abandonó Venezuela para retirarse en Francia y jamás regresar. Su padre, Rafael Parra Hernáiz, cónsul venezolano en Berlín, volvió a Caracas apenas culminó el guzmancismo. Su familia es parte de la aristocracia terrateniente, por ello la niña pasa su infancia en una hacienda de caña llamada El Tazón cerca de Caracas. Esa vida provinciana, feliz y apacible, culmina en 1895, cuando muere su padre, y, su mamá, doña Isabel Sanojo, decide mudar a la familia de regreso a Europa. Se instalan en España, específicamente en Mislata, Valencia. Allí es internada en el colegio Sagrado Corazón de Godella, donde pasa un lustro estudiando con las monjas y desarrolla un gusto por la literatura, disfrutando de las obras de Romain Roll...
Sin patria,<br/> por Jimeno Hernández Droulers
179c, Jimeno Hernández Droulers

Sin patria,
por Jimeno Hernández Droulers

Fue desterrada de Colombia, luego de Ecuador, dijo la gente al verla abordar un bajel para cursar el río Guayas y desembocar en el Pacífico, buscando nuevo hogar para pasar el resto de sus días. Pudo ir a Lima, donde tenía lujosas propiedades a su nombre, ya que seguía casada con míster James Thorne. Renunció a su vida antigua y echó raíces al desembarcar en un diminuto puerto pesquero de Piura, aldea que crecía impulsada por el negocio ballenero de naves inglesas y norteamericanas. El aceite de cetáceos era útil para iluminar candiles, producir cera para velas, jabón y cosméticos. Allí, en Paita Town, como le decían los extranjeros, vivió en la miseria, acompañada de sus fieles Natán y Jonatás, en un pequeño rancho de caña que parecía una cajita de mimbre, revestida de barro y techo...
La flor del retiro,<br/> por Jimeno Hernández Droulers
180c, Jimeno Hernández Droulers

La flor del retiro,
por Jimeno Hernández Droulers

Esos años en Buenos Aires, ordenado en sus hábitos, sigue una estricta rutina diaria. Se levanta temprano, toma un baño, ligero desayuno, lee los periódicos La República y The Standard, mientras bebe su café. A las ocho pasea con su perrito Pinky por la Plaza Dorrego y El Retiro, para saludar militarmente la estatua ecuestre del general San Martín. Regresa a casa, duerme siesta, recibe clases de inglés con Miss Warner y por las tardes, en sus momentos de soledad, cuando no está redactando cartas, afina el violín para interpretar clásicos que le traen a la mente recuerdos alegres, como el Canto de las sabanas, melodía patriótica con el mismo ritmo que la Carmañola Americana, himno de la rebelión de Gual y España, o esas óperas italianas que tanto le gustaban a Barbarita.En casa de Alfredo E...
Un barril de Mene para Su Majestad,<br/> por Jimeno Hernández Droulers
177b, Jimeno Hernández Droulers

Un barril de Mene para Su Majestad,
por Jimeno Hernández Droulers

Aunque usted no lo crea, la historia del petróleo en Venezuela comenzó antes de la conquista. Al instante que arribaron carabelas españolas a nuestras costas, los aborígenes conocían los beneficios brindados a su precaria existencia por un aceite negro y espeso que brotaba en pantanos de la región.Llamaban “Mene” esa sustancia que servía para mojar punta de varas, acercarlas a la hoguera y encenderlas como antorchas, o untar los maderos de canoas para protegerlas contra el efecto del agua e insectos.En el año 1539, cuando, a pesar de sus carencias como agua dulce, madera o piedras, Cubagua era el principal puerto perlero del Caribe y edén de los primeros colonos, a la diminuta isla arribó, proveniente de Costa Firme, un tonel de grasa bruna. Venía de Araya y fue despachado a la corte de Ca...
El monumento,<br/> por Jimeno Hernández Droulers
176c, Jimeno Hernández Droulers

El monumento,
por Jimeno Hernández Droulers

A finales de 1805, después de vencer a Rusia y Austria en Austerlitz, el emperador Napoleón Bonaparte anunció a sus tropas que construiría un monumento en París para celebrar las glorias del ejército francés, prometiendo que, al regresar, marcharían bajo un arco triunfal. El proyecto fue encargado al arquitecto Jean François Chalgrin, quien se inspiró en el Arco de Tito en Roma.La obra fue concluida tres décadas después, e inaugurada el 29 de junio de 1836, iluminada por mil farolas de gas. Sucedió durante el reinado del Luis Felipe de Orleáns, quien sirvió bajo las órdenes de Miranda en la campaña de Bélgica. Con altura de cincuenta metros, y dos inmensas entradas abovedadas, exhibe, grabados en treinta escudos rodeando el ático, nombres de batallas de las guerras revolucionarias y napole...