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Pacheco,<br/> por Luli Delgado
Luli Delgado, 221c

Pacheco,
por Luli Delgado

Según nos han ido contando a una generación atrás de la otra de niños caraqueños, en Galipán vivía un señor llamado Pacheco dedicado al cultivo de flores. Cuando llegaba diciembre, cargaba su mula con todas las flores cosechadas y bajaba a Caracas por el llamado Camino de los españoles y junto a otros “galipaneros” las vendía en el mercado de San José. Con el tiempo la gente comenzó a asociar el nombre del florista a las temperaturas amenas de finales del año, y de ahí vino que cuando en diciembre en Caracas comienza a hacer frío, la gente dice: “bajó Pacheco”. Después el nombre adquirió vida propia, al extremo de que cuando decía “¡hacía un Pacheco!” ya queda claro qué queremos decir. Pero Pacheco no es la única referencia de los nacidos en la otrora llamada Sultana del Ávila. Petare, ...
Los adioses,<br/> por José Manuel Peláez
José Manuel Peláez, 221c

Los adioses,
por José Manuel Peláez

 En 1772, Joseph Haydn trabajaba como maestro de música de un príncipe austriaco. Entre sus obligaciones estaba la de componer un cierto número de partituras, bien fuera a pedido o por propia inspiración. Y entre sus preocupaciones estaba la de que sus músicos, obligados a vivir en el palacio de verano se veían alejados de sus familias por largos períodos de tiempo, tan largos como el noble capricho de quien pagaba las cuentas. Ese año, Haydn compuso la Sinfonía de los adioses y para el último movimiento hizo que cada uno de los músicos, al concluir su intervención se levantara, apagara la vela del atril, recogiera la particella y se fuera. Al final, solo quedaron el propio Haydn y el concertino, los únicos cuyas familias vivían en el palacio.  El príncipe se dio cuenta de la indirecta y, ...
Placer de hablar,<br/> por Victorino Muñoz
Rafael Victorino Muñoz, 221c

Placer de hablar,
por Victorino Muñoz

Cuando se pregunta por los mayores placeres, suele haber respuestas relacionadas con el comer, especialmente postres, dulces, chocolates; tal vez beber un vino o un café; hacer el amor, por supuesto. Nunca falta el leer, escuchar música, ver una película, o dormir. No siempre en la lista se incluye la conversación. Claro, se menciona el hecho de reunirse con amigos y personas queridas. Pero tal vez no sean necesariamente las mismas cosas. Uno puede estar con amigos y hacer otras actividades como ver un partido de fútbol o jugar ajedrez. Yo me refiero al placer de hablar puro y simple, pero con tino y sobre todo conocimiento de causa; esto puede hacerse con una persona no tan querida o incluso un desconocido, siempre y cuando sea también un buen conversador, es decir, que sepa a su ve...
Faros,<br/> por Leonor Henríquez
Leonor Henríquez, 221c

Faros,
por Leonor Henríquez

read it in English        Me intrigan y a la vez me fascinan.Esa lejanía, esa soledad, esa neblina.Se pasan la vida mirando la inmensidad del mar, sintiendo las olas romper en sus acantilados.Guiando.Sí, son los faros, esas esbeltas estructuras circulares que se yerguen en la vastedad de lo desconocido para alumbrar a quienes navegan en las dificultades, en las tinieblas, en las tormentas.Pareciera una alegoría de la palabra esperanza, esa que a veces se debilita en la bruma pero que, si uno espera un poco, se enciende, una y otra vez.A mí, de solo mirarlos, me inspiran estabilidad, paz, fuerza.Tuve la oportunidad de visitar un faro con mi esposo. Lo contemplamos en toda su serenidad y grandeza desde el ferry que conduce desde Skye hasta Isle of Mull, en la costa Oeste de Escocia. Recuerdo...
An Artist at War,<br/> by Clifford Thurlow
Clifford Thurlow, 221c

An Artist at War,
by Clifford Thurlow

leer en español        The Aragón plain is a land of heat and silence, broken by the rattle of cicadas and the occasional rush of a train along the Zaragoza–Huesca line. In August 1936, near the small town of Tardienta, a young Englishwoman fell under machine-gun fire. Her name was Felicia Browne—the first British volunteer to die in the Spanish Civil War, and the only British woman to fight as a combatant.Born in Surrey, in 1904, Felicia grew up in a comfortable household but refused the expected path. At sixteen she entered the Slade School of Art, precociously gifted, restless, and impatient with convention. By 1928 she was in Berlin, studying sculpture and apprenticed to a stonemason. There she witnessed the rise of Nazism at close quarters, leaving behind her tools and unfinished work...
Te cuento que…<br/> por Suzan Matteo 14/9
Suzan Matteo, 221c

Te cuento que…
por Suzan Matteo 14/9

El martes pasado se celebró el Día del Sudoku, ese entretenimiento japonés que llegó a Occidente a finales del siglo XX y que ahora jugamos en todos lados: en la mesa del café, esperando en un consultorio, en vuelos largos o cuando no podemos dormir. Muchos lo resuelven con lápiz, por si hay que corregir. Otros, con bolígrafo, como quien se lanza sin paracaídas. Y estamos los que también lo hacemos en el celular, entre chateos de WhatsApp. Representa un triunfo del orden sobre el caos, que exige algo que escasea: concentración, lógica, paciencia. Virtudes que hoy se consideran anticuadas, como la cortesía o los buenos modales. Hay quien ve en la búsqueda de un número en una cuadrícula vacía un acto de simple entretenimiento, una suerte de gimnasia mental para mantener a raya el Al...