Caminante,
por Getulio Bastardo
Así pasaron los días, los meses, los años. Nunca se sabía hacia dónde iba, pero iba... y volvía, no solo de día, sino también en la oscuridad de la noche.
Se ausentaba por temporadas, regresando siempre por las mismas rutas ya conocidas.
A veces se detenía al borde del camino y hablaba. Daba un discurso sin audiencia, tal vez dirigido a sí mismo.
Otras veces oteaba el horizonte, pasaba horas con la mano sobre los ojos, protegiéndose del sol mientras miraba a lo lejos. Su mirada era distante, perdida, ajena al mundo y sus gentes. Nadie sabía a quién buscaba, ni qué.
Nunca se le vio reír ni llorar. Nadie supo jamás de dónde venía ni hacia dónde se dirigía.
Pasaron días, quizás meses sin que se lo viera, y entonces la gente empezó a preguntarse: "¿Qué habrá sido del caminante?" ¿Lo ext...












