Gente que Cuenta

El paladar de la reina, por Mayte Navarro

Catalina de Medici Atril press
Retrato de Catalina de Medici,
Autor desconocido, S. XVI

Caracas es una de las setenta y cinco ciudades del mundo donde se está celebrando una actividad cuyos creadores han titulado Semana de la cocina italiana en el mundo, idea que parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país en alianza con otras instituciones.

Comer se ha convertido en una actividad que supera la importancia que tiene para mantenernos vivos, transformándose en una acción que alimenta el ego y hasta la vanidad, así tenemos que esta semana, afortunadamente, llega a su séptima edición. Pero debo aclarar que nos encontramos ante un evento que se aleja de lo superfluo y juega con la historia y nos muestra a quienes han hecho de la cocina una cosa seria, condición que siempre la ha acompañado.

En esta sabrosa semana se ratifica la importancia que tiene lo regional en el éxito de un plato y en la economía local porque apoya a esos pequeños productores que no se dejan llevar por tendencias para ofrecernos productos que hacen la diferencia y están cargados de historias y leyendas.

Pero también se habla de personajes que han aportado a la cocina, en esta oportunidad se ha seleccionado a Catalina de Médici, considerada como la mujer más poderosa del siglo XVI. Ostentó el título de reina consorte de Francia, pues fue la esposa de Enrique II, además, tres de sus hijos llevaron el título de reyes.

Catalina estuvo imbuida por el espíritu renacentista y el arte entraba entre sus pasiones, siendo una coleccionista que hoy hubiese estado presente en subastas y exposiciones.

Pero, además, la naturaleza la dotó de un paladar sensacional, así como de un refinamiento que la convirtió en una verdadera anfitriona. Podemos considerar a Catalina como pionera en la decoración de las mesas. Aunque hay quienes refutan esta teoría, existe la hipótesis de que ella introdujo el tenedor a la mesa francesa, además de preparaciones e ingredientes que enriquecieron la comida gala.

Amaba los dulces y así como aupaba a un pintor, enaltecía a los pasteleros. Esta inclinación por los postres no se traducía en debilidad, ya que gracias a su inteligencia Catalina poseía la capacidad de negociar, algo imprescindible en aquellos tiempos. Alrededor de ella se tejió una leyenda negra que la hace oscilar entre la ilustración y la perversidad.

Hablar de Catalina de Médici se convierte en una suculenta conversación.

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Mayte Navarro.
Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas. Ha ejercido el periodismo en galerías de arte, en el diario El Universal, mantiene el espacio Madame Glamour en el programa radial Las entrevistas de Carolina. Escribe de moda, arte y estilo de vida.
mayte.navarros@gmail.com

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