Confieso que no fue tanto por su estilo de música. Yo estaba empezando a descubrir el rock. Los Beatles, Led Zeppelin, Alice Cooper…
Mi madre vivía todo el día con un viejo radio de válvulas encendido en casa. Y las canciones que cantaba gritaban en mis oídos. Corrían los años 70. También veía sus actuaciones en programas de televisión. En blanco y negro.
Gal gritaba sus canciones con esas voces agudas. O las susurraba cuando su voz se volvía suave. Esa boca grande. Ese cabello. Esa enorme sonrisa… La sonrisa de Gal. Esa sensualidad agresivamente libertaria.
Ella pobló mi adolescencia. A pesar del rock.
Creo que mi historia, en parte, se está empezando a desmoronar. Se van las referencias. Uno de ellas hoy. Mañana otras.