Una de las maneras más fáciles de tener un jardín, es planearlo en miniatura. No importa el recipiente, el tamaño, forma o color. Hay una variedad inmensa de plantas que puedes sembrar y que crecen perfectamente al tamaño adecuado para tu jardín.
En muchas culturas existe la tradición de los jardines pequeños. En el mundo occidental, se conocen más los terrarios, pequeños y medianos, donde se establece un hábitat que forma un sistema cerrado que permite la vida de plantas y pequeños animales.
El wabi kusa es un jardín japonés, con un medio de siembra que soporta plantas acuáticas. Necesita luz indirecta y pulverizaciones de agua a diario. La mayoría tiene musgos y algunas plantas de acuario que se adaptan a vivir al aire. Están también los kusamonos, arreglos que cambian con las estaciones y se presentan acompañando las exposiciones de bonsáis.
Los mini verticales o cuadros verdes, aprovechan espacios perdidos. En sentido vertical pueden crecer tranquilamente hierbas, flores, musgos, bromelias, helechos y crasas de entre 4 y 15 cts de alto.
Y luego están los mini jardines, que se pueden establecer en una caja o en una maceta poco profunda, con plantas que se adapten no solo al espacio sino a las condiciones de nuestro clima, la mayor parte de las veces en interiores, para evitar los extremos de temperatura. Son temáticos, representan escenas: una casa donde pasamos las vacaciones o una de nuestra infancia, un paisaje de montaña, una escena de una película, un jardín de hadas…
Las plantas más adaptables son las crasas, los helechos miniatura, las flores pequeñas, las plantas de hojas de colores, también mini. No combines las de necesidades diferentes, como las crasas con los helechos, por ejemplo. Las primeras se riegan cada quince días y las segundas necesitan suelo húmedo. Si la combinas mal, alguna desaparece. Buenas elecciones son las tapizantes, como los musgos y los céspedes, porque florecen y sobreviven a cualquier maltrato y clima.
Como todos los jardines esto requiere un plan. Si no tienes fotos de lo que quieres, lo dibujas. Y luego haces el plano, con medidas, colores y las plantas que necesitas. Todos los recipientes necesitan agujeros para que salga el agua de riego y una base de piedras, cerámica partida, o arcilla expandida, carbón vegetal o anime en trozos que funcione como drenaje. Luego, va una capa de tierra de jardín, con compost para que las plantas se alimenten. Si son crasas o cactus, dos tercios de arena y una de tierra. Se colocan las plantas más grandes al fondo y las pequeñas delante, de último las figuras, casas o mueblecitos, si lleva. Necesitan estabilizarse, así que no muevas el jardín de acá para allá una vez terminado. Riega, toma fotos y disfruta.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
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