Gente que Cuenta

Justifícate, por Lucy Gómez

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Georges Rouault,
Pierrot, 1910

Tengo que buscar una justificación escrita esta tarde, asunto que me fastidia. Porque: uno, no me gusta dar ni pedir explicaciones. Dos, porque el paso siguiente que es justificarme, es decir dar fe, razonar o presentar un documento que demuestre que algo es admisible, que no es inadecuado ni inoportuno, menos.

No es lo mío porque me gusta hacer mi voluntad, es decir, hacer lo que me dé la gana sin estar justificando ni explicando a cada paso. Me preocupa poco el qué dirán. Sé que es una combinación explosiva que deja sin material durante años a la familia y amigos, que perjudica la salud mental del vecindario. Si nadie diera lugar a chismes, los familiares y vecinos tendrían un hueco en su vida que nada podría llenar. Los chismes se alimentan de las explicaciones, adornos y consideraciones acerca de nuestros asuntos particulares y los de quienes nos rodean.

Todavía me acuerdo de la cara de decepción de un ex, cuando intentó contarme lo que supuestamente decía la esposa de un amigo suyo de mí. Le dije que no me lo contara.

“Pero ¿no te interesa?” Le contesté que no. Y que no me importaba en absoluto que lo siguiera diciendo, lo que sea que fuera.

“Tú si eres una periodista rara”, me dijo. “No te gustan los chismes”. Para aquella época, sí que me gustaban, pero los de los políticos, no los de gente irrelevante. Cosas del trabajo.

No querer enterarse de la vida privada de los demás nos da el privilegio de utilizar ese tiempo en cosas útiles o no, pero que sean interesantes o divertidas además de la oportunidad de no entrometerse ni influenciar, a veces con perjuicios graves, la vida de los demás.

Y ahí caemos en lo que parece un fenómeno mundial, que es la amplificación de los chismes, explicaciones y justificaciones como parte privilegiada de la vida social. Cualquier señalamiento, conversación o acto que tengan aunque sea un asomo de no ser socialmente aceptados o correctos, traen consigo una justificación, el doble o el triple de larga de lo afirmado por redes sociales y si la cosa se pone mas seria, se presentan escritos o grabaciones en oficinas de relaciones institucionales, comisarías y juzgados.

Hay kilómetros de palabras inútiles derramadas tanto en las autopistas de información como en las casas y oficinas de todos. ¿Quién las recogerá?

No sé. Yo, por lo menos, no.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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