Allá en tierras larenses, nadie preparaba la Olleta de Gallo como la serena María Federación. Que de las hermanas, ella era la que mejor sabía pasearse por los calderos y los fogones. Una vez al mes hacía esta delicia para obsequiarla al cura párroco.
La Olleta de gallo es una sopa de origen español pero mudada a estas latitudes. Y vaya si en ella se nota la influencia de los hábitos criollos, pues incluye piezas de gallo, pequeños trozos de carne de res y cochino, vino dulce, verduras y especies.
Aquel día de enero, María Federación hablaba con una prima, Jacinta, que vivía en Falcón, pero que andaba de visita para pagarle una promesa a la Divina Pastora. A ella le explicaba con calma:
-Para preparar la olleta de gallo necesitas, para el caldo, 1 gallo de 2 a 2,5 kilos, 1 limón, para la limpieza de la carne, 5 litros de agua, 1 ajoporro, 2 cebollines, 1 cebolla grande, cortada en dos, 1 cabeza de ajo entera, 2 ramas de céleri, 1 cucharada de granos enteros de pimienta negra y 2 cucharaditas de sal.
Primero haces un sofrito, con 5 cucharadas de mantequilla o aceite de maíz, 1 taza de cebolla picada 1 y ½ tazas de ajoporro, ½ taza de cebollín, 1 diente de ajo grande bien machacado, ¾ taza de pimentón rojo , 3 cucharadas de ají dulce, 2 tazas de tomate, sin piel y sin semillas. Y también hay que hacer un melao’ con 500 gramos de papelón en 1 taza de agua.
Entonces viene el momento de hacer la sopa. La haces con el caldo del gallo, el melao de papelón, la carne de gallo picada en trocitos, 4 a 5 tazas de harina de trigo tostada, 2 tazas de vino dulce Moscatel, ½ taza de encurtidos en mostaza bien picaditos, 1 cucharadita de salsa picante, ½ taza de salsa de tomate, 1 cucharada de salsa inglesa, 20 aceitunas rellenas de pimentón, picadas en rueditas , ½ taza de alcaparritas enteras, 5 cucharaditas de sal, ¾ cucharadita de pimienta negra recién molida, ½ cebolla grande, picada en juliana y quemada en un cucharada de mantequilla y con una cucharada de salsa inglesa, y además ½ taza de jugo de naranja. A candela baja. Cuando huela a gloria y perfume todo, ahí sabes que está lista. Y de un día pa’ otro, pues se pone mejor.