Orejas de Pascua, por Soledad Morillo Belloso
La Pascua, con su carga simbólica y su alegría festiva, es un tiempo para reflexionar y celebrar. Sin embargo, entre los ritos religiosos y las tradiciones familiares, aparece un personaje que parece salido de un cuento infantil: el conejo de Pascua. La pregunta surge inevitablemente: ¿qué tiene que ver un conejo, un animal peludo y saltarín, con una festividad profundamente religiosa?Para entender esta conexión, debemos remontarnos al origen de la Pascua y a las tradiciones paganas que se entrelazaron con la celebración cristiana. En la antigüedad, los pueblos germánicos y anglosajones veneraban a Eostre, la diosa de la primavera y la fertilidad. El conejo, por su capacidad para reproducirse rápidamente, era uno de los símbolos asociados a esta diosa. Con el tiempo, la figura del conejo ...