Gente que Cuenta

Latonería y escritura,
por Victorino Muñoz

Jonathan Wolstenholme Atril press
Jonathan Wolstenholme,
Libros surreales, 1950

He terminado de hablar por teléfono con una amiga, compañera por cierto de estas páginas, y me he quedado pensando un rato en el asunto de que uno como escritor anda siempre buscándole la quinta pata al gato o al burro, que es lo mismo, porque ninguno de los dos tiene cinco patas hasta donde se ha podido investigar.

Y es que al parecer algunas personas tenemos la manía de observar o pensar en las cosas, no por las cosas en sí, sino para ver qué podemos decir o, peor aún, escribir sobre ellas. Porque si uno no las escribe no se queda tranquilo.

Así, muchas veces hay un montón de ideas dando vueltas en nuestra cabeza, como moscas que uno espanta a manotazos o a teclazos, poniéndolas en el papel para que se callen. Pero también a menudo las ideas a escribir son más rápidas en reproducirse que uno en escribirlas.

¿A qué se deberá manía tan extraña? Nos preguntamos los que lo hacemos y nos lo preguntan con frecuencia los que no lo hacen. Yo he tenido que responder a esto, por escrito y de forma oral, no pocas veces; y he leído otras tantas respuestas de otros tantos escritores.

No voy a volver a caer en la tentación de explicarme o de justificar la escritura o la intelectualidad (vaya a usted a saber la diferencia). Lo que quiero es dar cuenta de mi perplejidad ante el hecho de que a los escritores nos vengan siempre con esta lata.

Ahora, no he visto que algo similar se haga en entrevistas a músicos o a pintores o a bailarines o qué sé yo. A lo sumo la conversación gira en torno a qué proyectos están trabajando, les preguntan cómo fue el proceso creativo de determinada obra, les preguntarán en algunos casos por sus influencias.

Pero a los escritores sí que nos dan la lata con la preguntica. Es como si se nos cuestionara implícitamente la actividad intelectual. Como si la escritura fuera una majadería, una ociosidad estéril.

Un músico, me imagino, respondería que él hace música porque es músico. Y si les parece redundante, repetitiva u obvia mi respuesta, un pleonasmo pues, es porque no se me ocurre otra cosa. Tal vez porque no soy profesional de este arte (aunque sí he estudiado y toco varios instrumentos).

En fin, estoy practicando para la próxima vez que alguien me haga la pregunta: ¿por qué escribe usted? Porque me da la gana, y punto. Ya, me he desahogado. Puede usted continuar con lo que estaba haciendo. Y hasta la próxima semana. Gracias por la atención.

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Victorino Muñoz
valenciano, autor de “Olímpicos e integrados”, ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y “Página Roja”, publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017.
rvictorino27@hotmail.com
Twitter:@soyvictorinox
Foto Geczain Tovar

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