Gente que Cuenta

Los códigos, por Lucy Gomez

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Eduardo Paolozzi,
Conoce a la gente, 1948

En estos viajes obligados que hace uno, físicos, morales o sociales, hay que enfrentarse a códigos, lenguajes distintos a los convencionales. No me refiero a los idiomas. No se trata de mudarse de Latinoamérica a Estados Unidos y tener que aprender inglés en serio. Ni de llegar aventado por la guerra desde Ucrania a España, donde hay que aprender hasta el alfabeto.

Me refiero a esa manera no verbal de entenderse, mediante la cual te conviertes en un ciudadano aceptado de un territorio distinto al tuyo. Puede ser un país o una tribu urbana, porque ocurre lo mismo entre la gente que es de la misma etnia, pero piensa diferente porque trabaja, estudia o se la pasa en distintas áreas. Grupos donde todos se visten con el mismo estilo, hablan de las mismas cosas y tienen hábitos parecidos. Me encantaría que uno pudiese aprenderse esos códigos. Deberían estar bien registrados y accesibles en alguna parte, pensando hasta en el bienestar mental de los arqueólogos del futuro.

En el siglo antepasado se tomaban estas cosas más en cuenta y había manuales de urbanidad y buenas costumbres, pero esas clases de estilo y educación para una sociedad específica no tienen nada que ver con lo que uno tiene que saber hoy para comportarse en Tik Tok , o en You Tube, por ejemplo. Las redes también han impuesto sus códigos con reglas duras, como la expulsión y el ostracismo para quien se las salte.

El común se enfrenta todos los días a grupos cambiantes y no sabe qué hacer. O cree que lo sabe y mete la pata a cada rato.

Si no entiendes que hay que preocuparse por entender cómo conducirse, corres el riesgo de ofender o atacar a alguien. Yo soy “negra” o “negrita” en Venezuela y para mí es de lo más cariñoso, pero nadie me lo dirá en países de habla inglesa, porque resulta insultante. De ahí la palabra semi pomposa de “afrodescendiente”. No digamos el “mi amor”, que he usado tanto con mis amigos y algunos que no lo eran tanto. Resulta molestísimo en otras sociedades cuando lo dice alguien que no es tu pareja.

Lo que hago es aplicar una política preventiva. Esperar un poco y no irme de las primeras. No juzgar, sobre todo a la gente joven. Si esto sigue complicándose así, va a haber que inventar un descifrador de gente. Cuando usted lo pasa como un scanner al llegar a una reunión, sale en pantalla un instructivo de palabras peligrosas y bromas que no debe usar, con traductor incluido de actitudes verbales y no verbales.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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