Maximino y Yasmira han vivido juntos por casi cincuenta años. No están exactamente casados, no son exactamente amigos. Días de dulce complicidad, días de seca distancia son la rutina de ambos.
Maximino y Yasmira suelen pelear bajito, como quien remienda estrellas rotas. La verdad sea dicha que ambos son tan livianitos, que no hay manera que, quienes los conocen se sientan tensos con ellos. Pese a eso son de pocos amigos.
Un día murió Yasmira. Una de esas tristezas largas y ya Yasmira no estaba. Maximino hizo una misa como es costumbre de los mayores. Cuando regresó de la misa sacó su viejo saxofón y tocó unos compases de Conticinio. A pesar del tiempo los dedos y el corazón de Maximino se acordaban de la música.
Entonces Maximino fue a la nevera y sacó dos cervezas, y por primera vez en su vida tomó. Cuando se hicieron las once Maximino se fue a acostar, puso el radio bajito y se quedó dormido.