Gente que Cuenta

¿Pesar o no pesar?, por Ricardo Martins

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Fernando Botero
La calle 1979

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Me desperté tarde. El sol golpeando la ventana, sofocando la habitación. Ardor de estómago, cuerpo pesado, bastante pesado No debería haber cambiado esa parte.

Creo que exageré un poco, mira la puerta del baño como si estuviera a kilómetros de distancia. Fuerza una pierna fuera de la cama. Luego, un poco más tarde, la otra pierna.

Entonces suena el teléfono.

Después de un poco de esfuerzo, se sienta en la cama y lo atiende. El sujeto quiere depositar un kilo y medio. ¡Un kilo y medio! ¿¡Él piensa que soy un barril!? No es posible. Máximo 950 gramos.

Él Insiste. Tiene que ir a una fiesta y por la ropa que se va a poner, tiene que renunciar a un kilo y medio.

No puedo. Estoy al límite. Él baja a un kilo y doscientos gramos.

Respondo con un kilo. Prueba un kilo y cien. Cerrado. Hemos acordado los detalles del procedimiento de transferencia para esta tarde.

Vuelvo a mirar hacia la puerta del baño. Levanto mi cuerpo, obligo a mis piernas a sostenerme, y paso a paso voy al baño. Choco contra las el marco de la puerta, mi cara llena el espejo. Necesito tomarme un tiempo con esto.

Tengo cuarenta kilosde sobrepeso. ¡¡Cuarenta!! Pero yo necesito. Tengo que disfrutarlo mientras la salud lo permita. Y ese permiso está llegando a su límite.

Me ducho, casi no quepo en la ducha. No tengo hambre. Eso me preocupa ¿Cómo puedo sostener ese peso si mi cuerpo no pide combustible?

Soy un padre con trece clientes. Uno de ellos alquiló cuatro kilos… otro, trescientos gramos. Me pregunto por qué una persona alquilaría trescientos gramos de espacio. Y durante tres días. Vuelvo a la habitación. Miro la hora… Tengo que prepararme para el procedimiento programado hace un momento. Requiere tiempo. En el ascensor, me apoyo contra la pared. En la calle, me toma un tiempo conseguir un transporte que me acepte. Gajes del oficio.

En la clínica, saludo al personal y espero a mi cliente. Él llega. Debe pesar alrededor de setenta kilos. Siempre es así. Siempre queriendo aparecer en mejor forma de lo que está. Nos saludamos secamente y nos dirigimos al lugar del procedimiento.

Media hora después peso un kilo y cien más. Y este es corto. Un día. Él realiza el pago.

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Ricardo Martins, periodista e investigador, con trabajos para la Editora Abril, TV Cultura y Fundación Roberto Marinho.

ricardomarts@yahoo.co

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