¿Te animas a soltar? En el mundo de atención integrativa soltar tiene muchas vertientes que confluyen en el bienestar global, progresivo y permanente. Hoy nos adentramos en el mágico mundo de soltar los bichos que inflaman el intestino, los parásitos.
Desde niños los padres crean rutinas de desparasitación cada 6 meses, una vez al año e incluso más frecuentes. Ahora bien, los adultos recurren al proceso más asociado a la presencia o manifestación sintomática específica, iniciando tratamiento farmacológico empírico o bajo un resultado del estudio de heces.
¿Qué significa realmente desparasitar en este contexto? Vamos más allá de la simple noción de eliminar parásitos intestinales del cuerpo, trasciende otros límites, desencadenando desde problemas gastrointestinales hasta fatiga crónica, los cuales pueden afectar nuestra salud emocional al causar estrés, ansiedad e irritabilidad.
En el ámbito espiritual, la desparasitación puede ser vista como un proceso de purificación y renovación. Al liberarnos de las toxinas físicas y emocionales que los parásitos representan, podemos abrir espacio para una mayor conexión con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Se trata de restaurar el equilibrio y la armonía en todas las áreas de nuestra vida, mejorar la absorción de nutrientes, fortalecer el sistema inmunológico y aumentar nuestros niveles de energía, lo que nos permite vivir una vida más plena y activa.
Es un acto de autocuidado, prevenirlo incluye técnicas de higiene milenarias, como lavado de manos antes de comer, después de ir al baño, al manipular alimentos, al contacto con mascotas, al manipular tierra, entre otras, todo reforzado al hacer proceso de desparasitación con plantas en caso de requerirse un proceso sutil, mediante la toma de té o tintura de paico una o dos veces al año, durante un período lunar de 28 días seguidos. En caso de requerir profundizar en el tema escríbenos tu comentario.