Lo que aprendido quedó,
por Luli Delgado
No hay vez que lave una mantequillera sin acordarme de Emilia Vargas, la eterna Emilia que trabajó por años en nuestra casa.No creo que me lo haya explicado, pero yo la vi muchas veces calentando agua para disolver restos de mantequilla. En aquella época no había agua caliente en los fregaderos y aunque hoy en día es apenas un asunto de girar el grifo un poco más a la izquierda, no por eso pierde vigencia lo que aprendí con ella.Como tampoco se me olvida que fue mi mamá quien me enseñó a meter las almohadas en sus fundas. No es así no más. Hay que doblarlas un poco para que se puedan entrar en su capucha y después irlas amoldando hasta que queden perfectamente ajustadas.Otra persona a quien siempre recuerdo es a una española, la Señora López, que nos daba clases de costura en el colegio. N...