Desde el principio comienzo aclarando que soy tomador de café. Y aunque hay quienes dicen que esta infusión aromática también es una droga, yo difiero de esa visión. Tal vez sea adictivo y para algunas personas puede resultar dañino, pero no creo que cause el mismo impacto psicológico, familiar, social, en la salud y hasta en la economía, que tienen otras sustancias psicoactivas.
Por ejemplo, quienes consumen drogas en cierto modo financian a los carteles que matan gente y que corrompen a los distintos estamentos de la administración pública en casi todos los países del mundo. No me dirán que eso pasa con el café.
Hay quienes piensan que la solución sería legalizar la droga. En otro momento discutiré eso. Por ahora, les adelanto que el alcohol ya es legal, y sigue siendo tan pernicioso como las drogas duras.
Estoy hablando de trastornos reales; no es una visión o posición moralista. Bajo el efecto del alcohol o de las drogas ocurren violaciones, agresiones, accidentes, actos de violencia de diverso tipo, se separan familias. Debido a su consumo prolongado, las personas sufren distintos problemas de salud: cirrosis, enfermedad cardíaca, accidentes cerebro vasculares, trastornos mentales.
Aunque, como decía antes, el café afecta a algunas personas (por ejemplo, quienes padecen de gastritis), más bien produce beneficios a otras. Por ejemplo, las investigaciones señalan que puede ayudar a mejorar problemas de estreñimiento, que contiene antioxidantes y que es un coadyuvante en el tratamiento de migrañas e incluso depresión.
Y hasta ahora, no he leído noticias en las que se diga que una persona que manejaba bajo el influjo del café arrolló a alguien o que después de haberse tomado un negrito o un con leche decidió agredir a un vecino. Pero, esto sí lo hemos visto en bastantes ocasiones con las bebidas alcohólicas.
Así que no vengan a criticarme, ni a cuestionarme, ni comparen mis vicios con otros. Yo seguiré tomando café tranquilo, sabiendo que no hago daño a nadie. Y el día que lea alguna noticia como las antes señaladas, dejaré de hacerlo y comenzaré con el té verde o la manzanilla, o quién sabe.